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Unidades pioneras

Hace año y medio el hospital Puerta de Hierro de Madrid puso en marcha en su servicio de Psiquiatría una Unidad de Trastorno Bipolar, que se enmarca en el proyecto Red Europea de Registro y Evaluación Clínica de Casos, denominado COPE-Bipolar, coordinado desde el hospital Central de Bruselas (Bélgica). En esta unidad, dirigida por la psiquiatra Rosario Arce, se pretende crear un registro sistematizado y prospectivo de pacientes que permita realizar estudios.

Para Enrique Baca, jefe de Psiquiatría del Puerta de Hierro, en esta unidad se priorizan la educación sanitaria al enfermo y la familia, una fácil accesibilidad a las consultas y la recopilación de datos para investigación y estudios epidemiológicos. "El trastorno bipolar", explica, "tiene una gran repercusión en la conducta y en el día a día del paciente y además involucra a todo su entorno, tanto en las fases depresivas como en las que se encuentra eufórico, exultante, con ideas de grandeza, que parece que se come el mundo, se muestra alegre o irritable y realiza gastos excesivos".

Un trabajo de año y medio, previo a la creación de la unidad, permitió observar las frecuentes recaídas en los pacientes por incumplimiento de la medicación. En aquellos que solicitaron la hospitalización para su seguimiento se observó que, tras el ingreso, se procedía a una cobertura asistencial completa, centrada en la supervisión de la adherencia al tratamiento para su estabilización. También se puso el acento en este aspecto en la labor psicoeducativa a los propios enfermos y a sus familiares.

Diagnóstico difícil

El hospital universitario de La Princesa de Madrid también ha creado una red de investigadores en trastorno bipolar, dentro del servicio de Psiquiatría que dirige Eduardo García-Camba, que se enmarca en el proyecto Rebipma. "Se pretende así", explica, "coordinar el trabajo de los expertos que están estudiando este proceso psiquiátrico, que a veces es muy complejo de diagnosticar y, por tanto, no es tratado adecuadamente".

"Esto sucede", añade, "sobre todo cuando no hay alternancia clara de episodios de euforia y de depresión, sino que prevalecen estos últimos, en cuyo caso el enfermo sólo es tratado como depresivo, cuando realmente sufre una depresión bipolar o un trastorno bipolar". Uno de los objetivos de esta red de investigadores es coordinar estudios epidemiológicos, que permitan un mayor conocimiento del trastorno.

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