Detenida una pareja acusada de matar a su hijo recién nacido
La policía halló el cadáver del pequeño en un armario del piso
Una pareja de inmigrantes hondureños -él, 24 años; ella, 19- ha sido detenida por agentes del Grupo VI de Homicidios, acusados de haber matado a su hijo recién nacido. Los investigadores hallaron el cadáver del bebé dentro de un armario, en un piso del barrio de San Fermín, en Usera, según fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid. La mujer había acudido horas antes al servicio de urgencias del hospital Doce de Octubre con una fuerte hemorragia vaginal.
Los hechos ocurrieron el domingo por la mañana en el piso 4º B del número 3 de la calle de Adora. A esa hora salió la joven, cuyo nombre corresponde a las iniciales Y. W. S., de 19 años. Iba acompañada por otras personas que la llevaban casi en volandas, debido a los fuertes dolores que padecía. La metieron en un coche y la trasladaron de inmediato al servicio de urgencias del hospital Doce de Octubre.
Los médicos de este centro apreciaron que la joven sufría una fuerte hemorragia posparto. Le preguntaron qué le había pasado y la mujer contestó que había sufrido un aborto. Instantes después añadió que se había deshecho del feto arrojándolo por un inodoro. Cuando volvió a ser preguntada, cambió su versión y añadió que había tirado al bebé en los alrededores de su vivienda.
Estos cambios de versión hicieron sospechar a los médicos que algo raro estaba pasando, por lo que decidieron avisar a la policía. Al lugar acudieron agentes del Grupo VI de Homicidios. Las preguntas no les sirvieron para mucho, por lo que decidieron solicitar al juzgado de guardia un mandamiento de entrada y registro de la vivienda, según fuentes policiales.
A la vivienda también fue el compañero sentimental de la mujer, un hombre de 24 años cuyo nombre corresponde a las iniciales E.R.M. "Él estaba muy tranquilo. En ningún momento le vimos esposado. Eso sí, vino mucha policía. Entre coches de la policía secreta y patrullas había lo menos cinco o seis", señaló ayer una vecina de la calle de Adora.
Los agentes tuvieron dificultades para hallar al bebé. De hecho, gritaron a algunos compañeros que estaban en la calle que buscaran en unos contenedores de basura que hay justo enfrente del portal. Pero no encontraron nada. "La policía se tiró todo el día rebuscando en el domicilio y subiendo y bajando", recordaba un vecino.
El macabro hallazgo llegó cuando uno de los policías abrió un armario de la vivienda. El bebé ya estaba muerto, envuelto en unos trapos y unas toallas, según fuentes policiales. Los agentes avisaron al titular del Juzgado de Instrucción número 19, que estaba en funciones de guardia. Éste ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado al Instituto Anatómico Forense. "Al bebé se lo llevarían a las diez de la noche del domingo. Vino un furgón de la funeraria. Uno de los empleados lo llevaba en las manos y se le veía bastante grande para ser un recién nacido", añadió otra vecina.
La pareja quedó detenida a la espera de que se le practicara la autopsia al bebé. El forense determinó que el bebé había nacido vivo. Los análisis posteriores del cuerpo deberán determinar si fue asfixiado o si sus padres lo dejaron morir dentro del armario. El juez ordenó que la mujer estuviera custodiada por la policía en el hospital, donde permanece a la espera de recuperarse de las hemorragias. El compañero estaba ayer por la tarde arrestado en la comisaría de Tetuán, a la espera de ser interrogado por los agentes de Homicidios.
"No hemos oído nada. Todo ha estado muy tranquilo. Si no llega a ser porque viene la policía, no nos habríamos enterado de nada, porque son gente muy maja", señaló una vecina que vive colindante a los detenidos.
Los residentes en el número 3 de la calle de Adora describieron a los detenidos como "bellísimas personas". Él trabaja de limpiador de cristales y de portales, mientras a ella no se le conoce actividad laboral. Muchos vecinos no lograban poner la cara anoche porque, según señalaron, salía muy pocas veces del domicilio.
Mientras, en el domicilio había ropa tendida. Otra pareja (supuestamente el tío del detenido y otra persona) permanecía en la vivienda, en la que residen desde hace cinco años. Los familiares o conocidos se negaron a dar su versión de los hechos.
Esta muerte eleva a 29 los homicidios registrados en la región en lo que va de año. La penúltima también fue un bebé momificado hallado durante la reforma de un local en el distrito de Centro. Fue el pasado 9 de mayo en la calle de Santa Ana, número 25. Llevaba unos dos años muerto, según las primeras pesquisas.
Un barrio consternado
Nadie hablaba ayer de otra cosa en el barrio. Los vecinos se preguntaban cómo una pareja tan joven había dejado morir a una criatura recién nacida. "No nos lo podemos creer. Él, sobre todo, está muy integrado en la comunidad. Es un chico muy educado y que siempre te saluda. No me cuadra nada con lo que ha pasado", comentó un vecino.
Algunas mujeres que estaban tomando el fresco lamentaban el triste final del chiquillo: "Con la cantidad de gente que quiere un hijo, ¿por qué tienen que matarlo, cuando lo pueden dar en adopción?". "Seguro que cualquiera de nosotros se lo habría quedado. ¡Pobre criatura! Quién lo iba a decir de una familia tan maja y que se lleva tan bien con todo el mundo...". La mujer no quiso terminar la frase. "Nos hemos quedado helados al enterarnos", concluyó otro residente en la zona.
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