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Análisis:A LA PARRILLA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Psicosis

Creo que muchos hemos descubierto en estos días que sobrevivir puede convertirse en una tortura insoportable. Lucía Cerro fue perseguida por la doctora Miño en su enloquecida carrera por los pasillos de la clínica Jiménez Díaz, donde acuchilló furiosamente hasta la muerte a tres personas. La auxiliar de enfermería sobrevivió, pero su testimonio en el juicio, televisado el miércoles en los informativos de casi todas las cadenas, ponía los pelos de punta. Sentada en la sala del juzgado, la imagen mostraba sólo su cuerpo y sus manos. La voz, temblorosa desde el principio, se fue transformando en una desquiciante melodía del terror. El cuerpo y las manos se iban retorciendo con un extraño dolor surgido de lo más profundo de la mente. Superior quizá, o al menos distinto, al dolor físico. "Me fui corriendo hacia los vestuarios y me metí en la bañera con la cortina transparente", contó con dificultad, entre angustiados sollozos. "Yo estaba estirada en la bañera y tiraba de la cortina. Lo hacía para que no me viera. Por momentos pensé que era invisible". Sus palabras atrajeron en ese momento, como un espectro sonoro, el chirrido de los violines de la escena cumbre de Psicosis, de Hitchcock, cuando Marion es apuñalada en la bañera, también con la fuerza de la locura. Tres años después de la escena en la clínica madrileña, la enfermera sigue viviendo el horror de esa persecución. De esos ojos. De ese cuchillo. De los gritos.

Pocas veces se ven en televisión documentos de tensión humana tan impactantes. Fueron sólo unos minutos entre una noticia y otra, pero estoy segura de que el testimonio de esta auxiliar de enfermería sin rostro quedará grabado en la memoria de muchos espectadores junto al recuerdo de esa escena de Psicosis y tal vez a otras como la de Marlon Brando hablando del horror en Apocalypse now. Un breve capítulo real que se sumará al imaginario colectivo del pánico. Un par de minutos que posiblemente causarán un efecto mayor que las dos millones de horas de publicidad con que se nos ametralla al año.

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