El túnel del AVE en Barcelona tendrá 5,6 kilómetros y costará 234 millones de euros

El túnel para la línea de alta velocidad en Barcelona echó ayer a andar con la publicación en el Boletín Oficial del Estado de la apertura de la fase de información pública. El estudio informativo del proyecto recoge las líneas maestras del pacto alcanzado el pasado 3 de abril entre las diversas administraciones que forman el consorcio de la alta velocidad: el túnel discurre bajo la calle de Provença hasta llegar a la avenida Diagonal, cuyo trazado sigue hasta alcanzar la calle de Mallorca. En adelante prosigue bajo esta calle hasta la estación de la Sagrera, a la que llega por la calle del Clot. La estación será construida casi en paralelo a las obras del túnel.

El tramo de túnel que se construirá tendrá 5,6 kilómetros y el presupuestos estimado de las obras es de 234 millones de euros.

El proyecto recoge otras dos aportaciones pactadas también entre las administraciones central, autonómica y local: la suspensión temporal de la estación prevista en la zona de Rambla de Catalunya y paseo de Gràcia, y el paso de la línea junto al templo de la Sagrada Familia, sin el desvío previsto en la etapa en la que era titular de Fomento Francisco Álvarez Cascos (PP).

Aunque no se prevé la construcción de la estación en el centro de Barcelona, el proyecto incluye una rasante horizontal que haga posible una estación en este punto si así se decidiera en el futuro.

El sistema de construcción de la casi totalidad del túnel será el de la tuneladora, el más seguro de los que hay, según una nota difundida ayer por el Ministerio de Fomento. En la zona lindante con el templo gaudiniano de la Sagrada Familia, antes de que se produzca la intervención de la tuneladora se procederá a construir una pantalla de pilotes de 1,50 metros de diámetro, separados entre sí cada dos metros, unidos entre sí mediante una viga en cabeza. Con ello se pretende no interrumpir los flujos de aguas subterráneas. Esta pantalla tendrá 41 metros de profundidad y 200 metros de longitud, y discurrirá paralela al templo. Con ello, según Fomento, se aísla el edificio de Gaudí de las tensiones que pudieran producirse al paso de la tuneladora, reduciendo la deformación del terreno sobre el que se asienta el templo.