Los investigadores reconstruyen los movimientos de la persona que ayudó a morir al tetrapléjico
La puerta estaba abierta, las luces encendidas, y no había nadie más en la casa, aparte del cadáver, cuyo respirador estaba desconectado de la red eléctrica. La mano amiga de Jorge León, el tetrapléjico que murió el jueves en Valladolid, desenchufó el aparato, imprescindible para la vida del enfermo, antes de abandonar la casa. Al alcance de la boca del fallecido había un vaso con una pajita y restos de un líquido, supuestamente sedante. La policía ha interrogado al entorno del enfermo, incluidas tres cuidadoras y una cuarta que vivía con él. Sus pesquisas se dirigen a otra persona que pudo haber pasado con él la última noche.
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