La artillería israelí lanza continuos ataques al norte de Gaza

No se dejaron durante todo el día de ayer de escuchar fuertes explosiones en la ciudad de Gaza. La artillería israelí, acantonada a escasos cientos de metros de los límites de la franja, martilleó el norte del territorio palestino. Lleva varios días haciéndolo. El viernes murieron cinco militantes palestinos en un campo de entrenamiento de los Comités de Resistencia Popular. El sábado, un pastor. Y ayer, un campesino de 55 años, en Beit Lahia, un municipio castigado sin descanso desde hace semanas. El objetivo de los proyectiles era un vehículo en el que viajaban varios presuntos activistas palestinos.

Son ya cinco los civiles fallecidos por los tanques israelíes en los últimos días. El Ejército está autorizado a disparar sus proyectiles a lugares que distan sólo 100 metros de las poblaciones palestinas, cuando hasta hace pocas semanas ese margen era de 300 metros. Varias ONG israelíes han criticado esta reducción por el riesgo que supone para los civiles.

Mientras, varios partidos políticos palestinos -especialmente Al Fatah, encabezado por el presidente, Mahmud Abbas, y el movimiento fundamentalista Hamás- decidieron comenzar el 23 de mayo una ronda de consultas para abordar la crisis financiera que sufre la Autoridad Nacional Palestina (ANP), dirigida por los islamistas, tras el corte de ayudas financieras decidido por EE UU y la Unión Europea y la negativa del Ejecutivo de Israel a transferir los impuestos que recauda en nombre de la ANP en sus aduanas y puertos.

También tratarán las medidas para hacer frente a la iniciativa del primer ministro israelí, Ehud Olmert, de fijar las fronteras del Estado judío sin pacto alguno con los palestinos. Además de los partidos, participarán representantes de la sociedad civil y líderes religiosos. Las relaciones entre Hamás y Al Fatah son tormentosas desde que la organización islamista venciera en las elecciones legislativas del 25 de enero y pusiera fin a la hegemonía del partido fundado por Yasir Arafat. Algunos dirigentes de Hamás han sugerido que sus rivales han orquestado el boicot financiero que padece la ANP, que lleva dos meses sin poder abonar los salarios de más de 140.000 funcionarios.