Safaris en busca de oro negro
El pasado enero, el primer ministro chino, Wen Jiabao, efectuó una gira por seis países africanos (Nigeria, Cabo Verde, Senegal, Malí, Liberia y Libia) para incrementar la presencia política y económica en un continente del que China obtiene el 30% de sus importaciones de petróleo (38,47 millones de toneladas en 2005). Apenas tres meses después, el presidente, Hu Jintao, ha vuelto de safari energético. El domingo pasado, Hu regresó a Pekín tras un periplo por cinco países, que comenzó en Estados Unidos y siguió luego en Arabia Saudí, Marruecos, Nigeria y Kenia.
Durante su viaje, el líder chino fue testigo de una larga lista de acuerdos que abarcan desde la política hasta la seguridad, pasando por la cultura y el turismo. Pero el verdadero interés para China -segundo mayor consumidor mundial de petróleo tras Estados Unidos- son los variados recursos minerales de que dispone África. La compañía CNOOC ha tomado una participación del 45% en un campo petrolífero en Nigeria, y va a explorar seis yacimientos en el mar, frente a la costa, en Kenia. En Marruecos, la empresa Sinochem ha firmado un contrato para adquirir fosfatos.
China y Arabia Saudí están discutiendo la compra de 100 millones de barriles para la construcción de unas reservas estratégicas de petróleo en territorio chino que serían utilizadas en caso de emergencia. El proyecto se sumaría a los envíos que hace el país árabe -el principal suministrador de crudo a China- y que el año pasado alcanzaron 22,18 millones de toneladas. Pekín importa el 45% del petróleo que consume, cuando en 1996 era el 11%. Se calcula que en 2020 supondrá un 70%.
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