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Barceló presta su plasticidad a la ópera 'El rapto en el serrallo'

El Teatro Real estrenará la obra de Mozart el próximo lunes

Es la primera vez que El rapto en el serrallo, el singspiel -obra popular- de Mozart se representa en el Teatro Real (aunque ya se han representado otros montajes en el pasado). Es la segunda vez que Miquel Barceló participa en una escenografía: en 1989 lo hizo en la obra El retablo de Maese Pedro, de Manuel de Falla en París, y ahora repite con El rapto en el serrallo.

En el momento en que Mozart compuso El rapto en el serrallo tenía ganas de experimentar, asegura Christoph König, director musical de la obra: "Esta ópera siempre se ha cantado de manera muy pesada, cuando en realidad es muy ligera, sin que esa ligereza le reste profundidad".

Los tres actos que dividen esta temprana ópera popular del autor austriaco narran el intento del noble español Belmonte de rescatar a su amada Konstanze del serrallo del pachá Selim. "La obra es una iniciación al amor y a la problemática que arrastra", resume Macha Makeïeff, codirectora de escena junto a su marido Jérôme Deschamps.

El espectador del montaje tendrá la impresión de estar dentro de una acuarela

"Conocíamos y admirábamos a Miquel Barceló por eso nos pareció obvio pedirle que tradujese ese ambiente de sensualidad oriental", afirmó Makeïeff. "Además, la pintura de Barceló, que es alegre pero tiene un trasfondo de melancolía, es muy móvil, por lo que se ajusta muy bien al teatro".

La actividad sobre el escenario es incesante, apunta König, hay varios frentes abiertos: músicos, actores, cantantes, pero el espectador sabe en todo momento hacia donde debe conducir su atención. "Creo que los actores y los cantantes deben estar juntos en el escenario", señaló Makeïeff.

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Esta versión de El rapto en el serrallo se estrenó en 2003 en el Festival International d'Art Lyrique de Aix-en-Provence. "Allí la hicimos al aire libre, por eso al principio pensamos que representarla en un teatro supondría una pérdida, pero no ha sido así. Simplemente la emoción que nos transmite es diferente", explica Makeïeff.

Y "diferente" es precisamente el adjetivo más empleado para definir este nuevo montaje de la ópera de Mozart que estará en el Teatro Real del 8 al 23 de mayo. "Es una producción abstracta. No queríamos una plasticidad realista. Buscábamos la esencia, que es justamente lo que persigue el arte moderno", asegura Antonio Moral, director artístico del Teatro Real. Y concluye: "Además, al espectador le da la impresión de estar dentro de una acuarela de Barceló".

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