El director del Instituto Cervantes dice que el español va "viento en popa"

La próxima cita para expandir el español ya tiene fecha. Será el 14 de julio cuando el Instituto Cervantes abra su primera sede en Pekín: 5.000 metros cuadrados, 30 aulas, una biblioteca y 20.000 volúmenes para que la lengua hablada ya por 500 millones de personas abra un nuevo mercado. Lo anunció ayer en Cádiz el director de este organismo, César Antonio Molina, quien recibió de la Asociación de la Prensa de Cádiz el premio Agustín Merello de la Comunicación.

El jurado galardonó la labor de Molina al frente del Instituto por "su trabajo periodístico y continuado de la promoción de la cultura, su contribución al debate cultural en libertad y muy especialmente por la defensa que hace de la lengua como instrumento de comunicación y vertebración de la sociedad".

El director del Cervantes agradeció el premio recibido en una ciudad "que ha luchado mucho por su libertad". Habló también de su particular batalla por que los españoles "sean conscientes" de la importancia de la lengua como generadora de empleo y riqueza. "La industria cultural supone el 15% del Producto Interior Bruto (PIB) y de ella depende medio millón de personas", aseguró el responsable de la institución encargada de difundir el español por el mundo.

Una cifra que el Instituto trata de triplicar. En su opinión, la actual expansión del español "va viento en popa" y es "inmejorable".

En la labor de promoción de la lengua también contribuye la Asociación de la Prensa de Cádiz, que ayer dio detalles de dos de sus proyectos más inminentes: la puesta en marcha de una radio en español en Manila (Filipinas) y un programa de colaboración con periodistas de Marruecos con el objetivo de generar en un futuro próximo medios de comunicación en el norte del país norteafricano.

Para este último reto, en los próximos meses la asociación de la prensa gaditana contribuirá a formar a comunicadores marroquíes en cursos que se desarrollarán en Cádiz y Tánger.