El Estatuto cabe en el bolso

No existe ningún rastro en los periódicos de hace 25 años de cómo llegó el primer Estatuto de Autonomía al Congreso de los Diputados. Del reformado por el Parlamento andaluz quedarán grabadas cientos de instantáneas: desde el momento en que la presidenta de la Cámara, la socialista Mar Moreno, se subió al AVE a las nueve de la noche del jueves con dos pesadas bolsas repletas de documentos, hasta las 11 de la mañana del viernes, cuando entregó la proposición de ley en el Registro del Congreso. El texto del Estatuto en sí lo llevaba en el bolso, en una cajita del tamaño de un paquete de cigarrillos que contenía un lápiz de memoria.

A la salida de la estación de Atocha, Mar Moreno intentó fumarse el Estatuto, al confundir el cofrecito del pencil drive con el paquete de Malboro. Cuando llegó a la puerta del Congreso, la copia en papel del nuevo texto se desparramó por la acera. "La realidad nacional por los suelos", comentó alguien, "se quedan en autonomía". ¿Un mal presagio?

Antes de llegar con estricta puntualidad a la Carrera de San Jerónimo acompañada del letrado mayor, José Antonio Víboras -con el que quedó citada en el Hotel Palace-, y su jefa de gabinete, Concha Camacho, Moreno atendió a primera hora de la mañana a las emisoras de radio. Luego asistió a Los desayunos de TVE, donde dejó dicho: "El Congreso va a dejar el Estatuto más guapo".

Ser presidenta del Parlamento y presentar una proposición de ley que no tiene todo el apoyo de la Cámara es una faena. Mar Moreno es socialista, su grupo y el de IU han sacado a pulso la reforma, pero no puede porque no debe defender con argumentos partidarios el primer Estatuto que aprueba el Parlamento de Andalucía en sus 24 años de vida. Por eso, antes de contestar, primero abre mucho los ojos, calla unos segundos y utiliza un lenguaje muy medido, pero no neutro.

- ¿Usted se cree esto de la realidad nacional?

- No sé porque se ha acotado la frase completa del Preámbulo a esa expresión. A mí me resultó una frase compleja y, desde luego, fue una fórmula buscada ex profeso para el consenso con otros grupos, aunque no fue posible.

Moreno utiliza argumentos comparativos entre uno y otro estatuto para evitar valoraciones que puedan irritar. Habla del carácter agrarista, del analfabetismo y de la emigración que impregnan el primer texto y los objetivos emprendedores, la inmigración y la Unión Europea, del segundo. Está convencida de que con las reformas de los Estatutos se va a "rebajar mucho la conflictividad entre las comunidades y el Estado", al quedar más clara las líneas rojas de actuación.

Cuando ayer entró en el Congreso, Moreno no creía que se trataba de un acto histórico. "Ese calificativo se lo reservo al Parlamento de Andalucía que ha aprobado una propuesta de reforma que pasará a la historia. Me siento embajadora del Parlamento en un acto institucional relevante y singular".

Mar Moreno es también feminista. No se atreve a apellidar así al Estatuto -"es tremendamente avanzado desde el punto de vista de género y quienes han llevado esas propuestas han bebido del feminismo"-, pero da un dato que revela el largo trecho que queda para la igualdad. En el pleno de aprobación de la reforma intervinieron cinco mujeres (ninguna del PP) por una veintena de hombres.

Su paso por el Congreso duró unas dos horas. Primero al Registro, donde la iniciativa y todos los certificados de la tramitación quedaron compulsados. Luego se entrevistó con el presidente de la Cámara baja, Manuel Marín, con el que habló del calendario de la reforma, cuya admisión a trámite se debatirá en el pleno del día 23 y, finalmente, una comparecencia ante cerca de medio centenar de periodistas. "El Parlamento de Andalucía acude al Congreso con la puerta abierta para seguir ampliando el consenso, sumando apoyos a la misma". "El consenso es posible y deseable", subrayó, pero también dejó claro que el Estatuto cuenta con "plena legitimidad" al haber salido con la mayoría cualificada requerida.