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Entrevista:FRANCIS DÍEZ | Cantante | Fin de semana

"Lo mejor para ahuyentar las tristezas es cantarlas"

Doctor Deseo acaba de presentar Detrás de los espejos rotos (Oihuka), su décimo álbum, que ve la luz cuando el quinteto bilbaíno cumple 20 años. La grabación pretende sumar a su tradicional base pop rock recursos del soul, el funk, el hard rock o la psicodelia. Hoy arranca una gira que el cantante Francis Díez anuncia "muy dinámica".

Pregunta. ¿Es el nuevo su disco más negro?

Respuesta. En ritmos, sí. Incluso hay coros soul y gospelianos bastante curradillos. Es el más rítmico, porque la intención era buscar algo que pudiera ser bailado. Y lo hemos conseguido.

P. ¿Qué hay detrás de los espejos rotos?

R. El mundo onírico, el de Alicia, donde están los sueños, los deseos, los peces abisales, los miedos, todo aquello que realmente condiciona y marca la vida, allá donde lo individual, lo social y lo político se juntan, y donde ocurren las cosas importantes.

P. Según canta, también se encuentra allí la muerte.

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R. Sí. En realidad, Detrás de los espejos rotos es una canción dedicada a mucha gente de nuestro entorno que tiene un cáncer, sida o cosas muy importantes. Nos estamos dando cuenta de que gente que supera estos trances potentes tiene una percepción de la vida muy interesante. La canción va un poquito de eso.

P. ¿Cuesta no repetirse tras diez discos?

R. Siempre cuesta. Este oficio es una búsqueda y un juego continuo. Lo que sí tenemos es una línea. Nunca nos ha interesado el mito de la originalidad. Hay gente que hace cosas muy originales, pero sin ningún peso específico. Preferimos jugar, buscar.

P. ¿Para cuándo una canción alegre?

R. En frases de este disco como "Yo también te quiero amor, lo más cerca en el infierno", hay sentido del humor y cierto cachondeo. Siempre hemos tenido cierto cachondeo. Aún así, nos parece que una de las cosas más divertidas que se puede hacer en toda música seria que se precie es ahuyentar las tristezas, y para ello lo mejor es cantarlas. Si uno escucha el flamenco verá que básicamente es un quejío, un lamento, como el blues y el soul, pero los flamencos que lo producen son unos vividores de mucho cuidado, para nada unos tristes. Quien canta, su pena espanta; eso es la base de cualquier cultura popular o de cualquier música, y nos parece muy divertido.

P. ¿Tristeza y erotismo siguen presentes en su repertorio?

R. Sí, están muy ligados, porque tampoco hay mucho más.

P. ¿Buscan otro Corazón de tango?

R. No, nunca hemos buscado otro Corazón de tango. Nuestras aspiraciones se concretan en no tenerlas. Simplemente hemos querido poder hacer las cosas en las mejores condiciones posibles.

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