El Alavés respira y el Betis se complica de nuevo

El Alavés tomó aire y aún respira, aunque quizá no le baste el oxígeno. El Betis se complicó la vida de nuevo. Ni siquiera sacó provecho de la expulsión de De Lucas a falta de casi media hora. El 2-0 ya era una realidad.

Nervios y más nervios. Eso es todo lo que se pudo ver en los primeros 15 minutos de un partido en el que los dos equipos se jugaban mucho. El Alavés necesitaba la victoria para no depender de un milagro en las dos últimas jornadas. El Betis, para dar carpetazo a una temporada que empezó con un sueño euriopeo y termina con una pesadilla, la del descenso, que se ha alargado peligrosamente en las últimas semanas y parece no tener fin.

En esos primeros momentos sólo hubo pases cortos. El balón quemaba, pero nadie lo quería perder. A los 15 minutos llegó la primera ocasión. Juanito despejaba con el tobillo y el balón se estrellaba contra el larguero de su propia portería. El balón tocó madera, y el Alavés, también. El equipo vitoriano empezó entonces a usar a sus jugadores de banda. De Lucas y Nené aparecieron en el partido. Precisamente fue este último el que centró desde la izquierda para que Aloisi controlara con la pierna derecha, dentro del área, y tras colocarse el balón en la izquierda batió a Contreras.

En la reanudación, el Betis salió con más ganas. Un error imperdonable de Gaspar le dejó el balón a Robert dentro del área. El brasileño cedió el balón atrás a Joaquín, que remató fuera con la pierna derecha y, de paso, perdonó a Gaspar. No tuvieron tiempo ni unos ni otros para valorar la ocasión perdida, porque inmediatamante después Bodipo ponía un centro desde la derecha y Nené, el mejor del partido, mandaba el balón a la red sin dejar que botara. Un golazo. De nuevo el Alavés golpeaba de banda a banda, y otra vez el balón le llegaba, sin marca, a un jugador del Alavés. El Betis seguía sin chispa. Robert remató en el área, pero el balón se fue muy desviado. Astudillo mandaba en el medio del campo y los andaluces eran incapaces de hilvanar una jugada con peligro. Ni tan siquiera la expulsión de De Lucas, que entró a destiempo a Luis Fernández, cambió el partido.

En el tramo final el Betis empezó a usar a Joaquín y llegaron los remates. Edú pudo acortar distancias en uno de ellos, pero el balón se fue al palo. Dani también lo intentó, pero ya era tarde para encender la chispa.