El tripartito y CiU anuncian su apoyo al Estatuto andaluz en el Congreso
El líder del PP en Cataluña, Josep Piqué, asegura que España "no está rota"
Las fuerzas políticas que integran el tripartito catalán (PSC, ERC e ICV) y el principal partido de la oposición, CiU, celebraron ayer la aprobación del Estatuto andaluz y anunciaron su apoyo al texto en el Congreso. A pesar del rechazo frontal del PP al texto andaluz y catalán, el líder popular en Cataluña, Josep Piqué, aseguró que España "no se rompe" aunque la nueva carta andaluza constituye "una reforma institucional sin consenso".
El Partit del Socialistes (PSC), Esquerra Republicana (ERC), Iniciativa Verds (ICV), expresaron, junto a CiU, su voluntad de respetar el texto que ha aprobado el Parlamento andaluz, en coherencia con sus propias posiciones. El secretario general y portavoz de CiU en la Cámara baja, Josep Antoni Duran, expresó con rotundidad: "CiU apoyará la reforma andaluza en el Congreso". Las palabras del líder democristiano fueron suscritas por la vicepresidenta del PSC, Manuela de Madre, el secretario general de ERC, Joan Puigcercós, y por el vicepresidente y senador de ICV, Jaume Bosch, quienes insistieron en que lo contrario resultaría "contradictorio".
La definición de Andalucía como "realidad nacional" es una de las cuestiones más peliagudas de la reforma de su Estatuto. Recuerda las trifulcas que mantuvieron los partidos catalanes que apoyaron el texto, unos más y otros menos, con el PSOE y el PP por incluir la definición de Cataluña como "nación" en el articulado.
El propio presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, celebró hace unos días la definición de Andalucía como "realidad nacional". El jefe del Ejecutivo tripartito recordó que si Andalucía no se autodenominó nación fue porque estalló la Guerra Civil antes de que se aprobara el Estatuto andaluz y la Segunda República "acabó como acabó". Sin embargo, el primer consejero, Josep Bargalló (ERC), consideró que Cataluña y Andalucía no son equiparables. El republicano insistió en la necesidad de buscar otra definición para Cataluña, Euskadi y Galicia, ya que, en su opinión, "existe una realidad social e histórica que hace que Cataluña no sea lo mismo que Andalucía respecto al Estado".
Los "nuevos estatutos"
Jaume Bosch celebró que la reforma andaluza siga el camino de los "nuevos estatutos" que, a su juicio, ha abierto el texto catalán. Frente al "último de los viejos", el Estatuto valenciano, el dirigente ecosocialista consideró que el andaluz significa un avance en el autogobierno de Andalucía, introduce considerables mejoras competenciales y de financiación. Sin embargo, Bosch marcó distancias con la reforma catalana por lo que se refiere al grado de reconocimiento nacional, y apuntó que, en el nuevo marco autonómico, la definición de Cataluña como nación reflejada en el preámbulo de su Estatuto ocupa la categoría más elevada.
La socialista Manuela de Madre celebró la aprobación del texto en el Parlamento andaluz y subrayó que se trata de un proyecto "coherente" con la historia de la comunidad autónoma y con el compromiso socialista. La definición que propugna la reforma refleja, para de Madre, un sentimiento de singularidad y de pertenencia "que existe" entre la ciudadanía. La dirigente del PSC suscribió las palabras de Bosch y recordó que Cataluña "tuvo instituciones propias".
También dio la bienvenida a la propuesta de reforma estatutaria Joan Puigcercós, que quiso dejar clara la voluntad de su partido de respetar y "no poner límites" al texto que ha aprobado la Cámara andaluza. Puigcercós celebró que Andalucía "haya obtenido el reconocimiento de su identidad nacional sin pasar por el desgaste que sufrió Cataluña".
El único que no se sumó a las celebraciones fue el presidente de los populares catalanes, Josep Piqué, quien consideró que la carta autonómica andaluza evidencia "una reforma de la arquitectura institucional sin consenso"; es decir, sin contar con el PP. Sin embargo, sus palabras no fueron tan pesimistas como las de la dirección nacional, que en innumerables ocasiones ha augurado la desintegración del Estado con el desembarco del Estatuto catalán.Para Piqué, "España no está rota", pero la definición de Andalucía como realidad nacional es "un eufemismo" que cubre "el propio despropósito" del texto catalán".
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