Tediosas

Si se promete algo tan concreto en un título, hay que cumplirlo. Las chicas del programa Odiosas (TVE-1) no lo son.Y no es un problema de ellas, siete actrices o modelos o periodistas o todo ello que se esforzaron en la primera emisión en caracterizar sus personajes, sino de ciertas fórmulas mal entendidas. Primero: el recurso de enviar a hacer preguntas banales o directamente estúpidas para desconcertar al famoso mientras se mira a cámara con cara de "qué lista / o soy" está muy manido. Cansa. Aburre. Harta. Está desgastado. Tenía cierta gracia al principio, con CQC, pero se ha convertido en el incordio de las ruedas de prensa donde los periodistas que pretenden trabajar y los comunicantes que intentan vender cada uno su historia, deben hacer acopio de cortesía y resignación para aguantarlos. Pero ya vale. En todo caso, los espectadores también están cansados, sobre todo si esa movida no lleva a ningún lugar. Es lo que pasa con Odiosas. Si fueran realmente odiosas como para colmar la paciencia y aguantar lluvias de bolis e insultos, quizá dejarían satisfechas las expectativas.

Segundo: en el primer programa, emitido el 1 de mayo, se incluyeron reportajes sobre una película presentada el 25 de abril en Madrid, otro del 23 en la fiesta del libro de Sant Jordi en Barcelona y algún incunable entre políticos preguntados por la Ley Antitabaco. En la era de Internet y de la información inmediata, eso es irrisorio.

Tercero: las odiosas trabajan en una oficina tipo Los ángeles de Charlie con una Charlie invisible de voz en off que las controla. Y hasta tienen una Lucy Liu: la coreana Usun Yoon (la única inconfundible y nada odiosa, comparada a la original). Pero ese formato exige gags muy ágiles (tipo Camera café, de Tele 5) o misiones concretas a las periodistas. O sea: un argumento divertido. El primer programa no lo tenía. Y si encima se emite hasta las dos de la madrugada, no hay quien aguante. Para odiosas divertidas, las de Con dos tacones, una serie muy ágil, con buenas actrices y un guión original, recuperada ahora en horario estelar después de semanas de errático destierro. Menos mal.