El trabajo como indicador de salud
Las páginas de Sociedad del pasado día 28 de abril dedicaban grandes espacios al Informe del Ministerio de Sanidad sobre el estado de salud de los españoles. En días sucesivos la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid también ha ofrecido datos sobre la salud de los madrileños.
En todos los informes no aparece ni una sola referencia al trabajo como factor de morbimortalidad, lo que viene a demostrar la ausencia de políticas de salud para la población de entre 16 y 65 años en edad de trabajar.
Las autoridades sanitarias nos ocultan que las condiciones de trabajo determinan las condiciones de vida y que el tiempo de trabajo determina el resto de tiempos de la existencia humana. La mayor parte de nuestra vida la pasamos en lugares de trabajo que ocasionan miles de muertes y enfermedades. Según la OIT, más de dos millones de trabajadores mueren cada año en el mundo allí donde fueron a buscar un salario y que el trabajo es el indicador más importante de desigualdad ante la enfermedad y la muerte.
Frente a la configuración de grandes bolsas de trabajadores en precario, sometidos a una permanente alternancia de riesgos, las autoridades sanitarias siguen considerando los lugares de trabajo como un ámbito privado.
Es más fácil y cómodo utilizar indicadores basados en hábitos y estilos de vida, porque de esta forma, si los ciudadanos enferman o mueren será por su culpa. La culpabilización de la víctima exime de toda responsabilidad a los poderes públicos y a los empresarios.
En conclusión, es lamentable que los factores de riesgo laboral no sean incluidos en los indicadores de salud pública.
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