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Zapatero pactará con Rajoy que no se vote en el Congreso el diálogo con ETA

El presidente garantiza a los partidos que les informará de los pasos importantes del proceso

Luis R. Aizpeolea

José Luis Rodríguez Zapatero pactará con el líder del PP, Mariano Rajoy, no someter a votación en el Congreso la apertura del diálogo con ETA, una vez verificado que el alto el fuego de la banda es total. El presidente mantiene el plazo comprometido de acudir al Parlamento para exponer su propuesta a finales de mayo o primeros de junio. La Moncloa estima que ETA está cumpliendo su compromiso de que su declaración del alto el fuego es definitiva en todos los terrenos y tiene garantías de Batasuna de que esta estrategia es firme, pese a los actos terroristas de Barañáin (Navarra) y Getxo (Vizcaya).

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La decisión irrevocable del presidente del Gobierno de no someter a votación la propuesta de apertura de diálogo con ETA y de intentar pactar esta decisión con Rajoy tiene una doble vertiente. Por un lado, el PP no votó la resolución parlamentaria de mayo de 2005, en la que se fijaban las condiciones para la apertura de un diálogo con la banda terrorista cuando ésta cesara en la violencia. Por ello, someter ahora a votación una propuesta basada en aquella resolución no avalada por los populares crearía un serio problema en sus filas. Zapatero se ha trazado como un elemento básico de su política en este proceso mantener el mayor consenso posible con el líder de la oposición y no está dispuesto a ponerlo en peligro por esta cuestión. De ahí su decisión de intentar acordar con Rajoy que no haya votación.

La resolución parlamentaria de hace un año, debatida tras el debate del estado de la nación y votada por todos los grupos menos el PP, decía: "Si se producen las condiciones adecuadas para un final dialogado de la violencia, fundamentadas en una clara voluntad para poner fin a la misma y en actitudes inequívocas que puedan conducir a esa convicción, apoyamos procesos de diálogo entre los poderes competentes del Estado y quienes decidan abandonar la violencia, respetando en todo momento el principio democrático irrenunciable de que las cuestiones políticas deben resolverse únicamente a través de los representantes legítimos de la voluntad popular".

La otra causa por la que Zapatero no quiere someter a votación en el Congreso la propuesta de diálogo con ETA radica en que abriría un precedente que podría complicar el proceso. A partir de ahí, todos los partidos podrían plantear que se sometiera a votación cualquiera de sus pasos, desde la aplicación de medidas penitenciarias a futuras excarcelaciones. El presidente del Gobierno les ha garantizado a los representantes de los partidos, en la ronda que ha mantenido recientemente con ellos, que les informará sobre cada paso importante en el proceso.

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El Gobierno propondrá como fórmula parlamentaria la de informar a la Cámara, recogida en los artículos 202 y 203 del Reglamento del Congreso. Zapatero, a través de la ronda de partidos que ha protagonizado en La Moncloa este primer mes, se ha asegurado el apoyo de todos los partidos, incluido el PP, al proceso y a la apertura del diálogo con ETA si la banda cesa de forma real todo tipo de actividad terrorista. También les ha garantizado que no habrá ningún tipo de contrapartidas políticas a ETA por el final de la violencia, tal como compromete la resolución de mayo de 2005.

El referente inmediato de que dispone el Gobierno de Zapatero es el comportamiento del Ejecutivo de José María Aznar en la tregua indefinida de ETA de septiembre de 1998, cuando el nivel de autoexigencia fue mucho menor que el se ha impuesto el Ejecutivo socialista. En aquella ocasión, Aznar no sólo no sometió a votación la propuesta de diálogo de su Gobierno con ETA, sino que ni siquiera acudió al Parlamento a explicarlo públicamente.

Aznar hizo pública su autorización en una breve declaración en el Museo Thyssen, de Madrid, al mes y medio de la declaración de tregua indefinida de ETA y en plena ofensiva de la kale borroka (terrorismo callejero) y del mantenimiento de la extorsión por parte de la banda. El único compromiso de ETA fue, en aquella tregua, el de no cometer atentados mortales.

Zapatero tampoco tiene decidido si va a hacer coincidir el debate sobre el estado de la nación, que ya tiene fecha -30 y 31 de mayo y 1 de junio-, con la petición de respaldo a la apertura de diálogo con ETA. La decisión final depende del acuerdo al que Zapatero llegue con Rajoy.

En todo caso, Zapatero tiene previsto realizar en el Congreso un discurso breve sobre el final del terrorismo, en el que pondrá en valor las posibilidades políticas que ofrece la legalidad y la democracia como alternativa a la violencia. El presidente del Gobierno aprovechará el mitin del Día de la Rosa, el 21 de mayo, que celebrará el Partido Socialista de Euskadi en Bilbao, para exponer ampliamente las claves de su discurso sobre el final del terrorismo y del proceso que se abre para limitar, de ese modo, su intervención parlamentaria y no crear "tensiones innecesarias" en el Grupo Popular, cuyo apoyo desea en el proceso del final del terrorismo.

La dirigente del PP Ana Pastor afirmó ayer, en una entrevista a la agencia Efe, que el Gobierno debería hacer un "esfuerzo" por "hablar con absoluta claridad", y en especial respecto a Navarra, para explicar que "no se pagan precios políticos a una banda de asesinos".

La Moncloa hace un balance "positivo" del primer mes de alto el fuego, que se cumplió el sábado. Constata, por un lado, que ETA "está cumpliendo" su compromiso de paralizar todo tipo de actividad terrorista. Batasuna, a su vez, ha dado "garantías", por los cauces habituales, de que mantiene esa estrategia, y ha aclarado que el acto terrorista de Barañáin (Navarra) no procede de las filas abertzales y el de Getxo (Vizcaya) fue un "acto aislado e incontrolado". En cuanto a las cartas de extorsión de ETA a empresarios vascos, se cree que habrían sido escritas antes del anuncio del alto el fuego.

Por otro lado, el Gobierno cree que en este primer mes está consiguiendo su objetivo de ganar apoyos para el proceso. Lo tiene en las instituciones políticas internacionales, desde la Unión Europea a la ONU; en todos los partidos, incluido el PP, pese a sus reservas, así como en numerosas instituciones sociales. De ahí que Zapatero planee mantener su propuesta de comparecer en el Congreso a finales de mayo o primeros de junio. Con ello, aprovecharía el verano, una temporada más propicia por su discreción informativa, para materializar el diálogo con ETA.

Zapatero y Rajoy, durante su reunión del pasado día 28 de marzo en el palacio de la Moncloa.
Zapatero y Rajoy, durante su reunión del pasado día 28 de marzo en el palacio de la Moncloa.RICARDO GUTIÉRREZ

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