Recordar cuando emigramos

Betty y Rubén están de visita turística por Valencia. Ayer, descendieron del tren y, por curiosidad, entraron en la exposición Lejos de casa, que Bancaixa, en colaboración con el Muvim, exhibe desde ayer en la Estació del Nord. De inmediato, Rubén reparó en los retratos amarillentos de emigrantes que salieron de España para buscarse la vida en Argentina a principios del pasado siglo. "Podían ser mis abuelos", exclamó este nieto de emigrantes españoles e italianos, una unión muy habitual entonces en el país andino, como se explica en la muestra.

El recorrido expositivo se detiene en tres países, Argentina, Francia y Alemania. Todos ellos acogieron a decenas de miles de españoles. Y no hace tanto tiempo; apenas unos decenios.

Por si la memoria es flaca, esta exposición insta a mirar un poco atrás y recordar los tiempos en que España era un país de emigrantes y no un destino como ahora. Ojalá que la muestra contribuya a combatir la xenofobia, vino a decir el comisario de la misma, Carlos Pérez. Ojalá muchos de los 18 millones de viajeros que pasan al año por la estación se paren unos minutos a "reflexionar sobre la inmigración", apuntó Vicente Montesinos, vicepresidente de la Fundació Bancaixa.

La exposición invita a ello. Las fotos antiguas y el registro de la población argentina de Rufino, donde se instaló una colonia española a principios del XX, ocupan el primer espacio, denominado La esperanza americana, coordinado por Eva Ferraz. Las fichas administrativas de los emigrantes recogían hasta su estatura.

Grandes fotos en blanco y negro y los testimonios de emigrantes que trabajaron en Francia y volvieron a su tierra, como el caso de Andrés Sabater, nacido en Oliva en 1940, conforman el segundo espacio, El éxodo hacia Francia. Las fotos son de Jesús Císcar y los textos de Adolf Beltran, ambos periodistas de EL PAÍS.

La humana y cansada mirada del trabajador emigrante ya jubilado se clava en el visitante de la muestra, que finaliza con la parte alemana. Un paso doble recoge los testimonios y las fotografías de aquellos que se fueron y decidieron quedarse. Mercè Ibarz ha recogido sus experiencias y Agata Skopwronek, sus retratos.

La exposición, cuyo espacio ha ejecutado José Juan Belda, se puede ver en la estación hasta el 26 de mayo. Luego se puede leer y ver en el completo libro-catálogo, diseñado, como la imagen de la muestra, por Paco Bascuñán.