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Entrevista:Nuevos vascos | Juan José Vizcarra

"Aquí puedo ser yo mismo y hacer lo que quiera"

Un nombre con dos sonoras jotas, Juanjo, y un apellido con una erre doble que le cuesta pronunciar. Parece mentira que Vizcarra (Johannesburgo, 1982) hable un castellano bastante precario y que prefiera utilizar su idioma materno, el inglés. Más aún sorprende cuando el interlocutor se entera de que su padre es peruano y de que ha pasado varios años de su vida en Perú.

De sus veintipocos años, mucho tiempo se lo ha pasado volando sobre el océano. De Suráfrica a Perú y viceversa; de Perú a Estados Unidos y viceversa; de Perú a Gran Bretaña; de Gran Bretaña a España, por ahora, su destino final. Claro que el gen viajero ya lo llevaba su padre cuando emigró de Perú a Suráfrica en busca de mejores oportunidades. Juanjo Vizcarra tiene una sola hermana que, por supuesto, vive en la otra punta del mundo, en Nueva Zelanda.

"Hasta que encuentre trabajo quiero buscar a gente con mi apellido. A mi familia le gustaría saber de dónde venimos"

Su padre era director de Fiat en Johannesburgo, cuenta Vizcarra, pero añoraba su tierra natal y cuando el hijo tenía cinco años regresaron a Perú. Entonces fue la madre la que sintió nostalgia, se separó de su marido y regresó a Suráfrica con sus hijos. Más tarde, cuando Juanjo tenía "unos nueve años" su padre le reclamó a su lado. "A mi hermana no, sólo a mí. Como soy chico, él consideraba que necesitaba más la presencia de la figura paterna", relata. Y allá voló de nuevo a Perú hasta los 15 años en que volvió a realizar el camino inverso.

Vizcarra se independizó joven. A los 16 años dejó de vivir en casa de su madre y pronto se dio cuenta de que para vivir de forma independiente necesitaba un dinero que no tenía. Cuando su padre le prometió dinero a cambio de que estudiase una carrera en Perú, no lo dudó y se subió al avión. De nuevo en América, el inquieto Vizcarra estudió dirección de hotel e idiomas.

"Acabé mis estudios y todo mi deseo era irme de Perú. Es un país precioso, pero no se vive con libertad. La sociedad es opresiva y así la sentía yo", indica Vizcarra, quien revela que su condición de homosexual le hacía no poder vivir libremente sus relaciones. También influyó en su afán por marcharse el que realizase las prácticas de sus estudios en un hotel del Puerto de Santa María (Cádiz). "Después pasé dos semanas de vacaciones en casa de un amigo en Madrid y vi cómo se vivía en Europa, que se podía vivir de otra manera a cómo se hacía en Perú y decidí que tenía que salir de allí", comenta. "De todos los países que he visitado, éste es el mejor", sentencia.

Antes de dar el salto definitivo a Europa, voló de Perú a Miami a trabajar en un hotel una temporada "y ganar dinero". "Sé que he llevado una existencia muy viajera. Por eso, ahora que ya he llegado aquí me voy a quedar, no me voy a mover más", afirma, aunque reconoce que hay amigos que le han dicho que estarse quieto le resultará imposible.

En Bilbao aterrizó, procedente de Londres, en octubre de 2005. Aún no tiene trabajo y vive de lo que logró ahorrar en la capital británica y de una cantidad mensual que le envía su madre. Disfruta de las playas vizcaínas y de la ciudad. Sale de noche y vive la libertad conquistada. "Es fantástico el ambiente de Bilbao. Aunque Londres me parece la mejor ciudad para divertirse, aquí hay muchísimo movimiento, mucho arte, cultura, gente joven que hace cosas,... Es muy interesante. Y tiene la lluvia de Londres", apunta. Aunque lo que de verdad valora es lo que ha estado buscando desde siempre: "Aquí puedo ser yo mismo y hacer lo que quiera".

Con cinco idiomas (inglés, español, italiano, alemán y afrikaans), espera que no le sea complicado encontrar un trabajo en la capital vizcaína. Mientras, piensa seguir las huellas de su familia: "Querría buscar a gente con mi apellido. A mi familia le gustaría saber de dónde venimos".

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