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Reportaje:

Atrapados por los aeropuertos

La Comisión Europea estudia una directiva para regular precios como piden las aerolíneas

Las líneas aéreas europeas están que trinan con los precios que les cobran los aeropuertos por usar sus pistas. Cada vez que una compañía utiliza una pasarela o finger para embarcar a sus pasajeros, AENA, el ente público que gestiona los aeropuertos españoles, se embolsa un mínimo de 45,14 euros la primera hora de uso, que suben a 123,6 si se usa una del aeropuerto de Madrid en hora punta. A eso hay que sumar la tasa por despegue o aterrizaje (unos 500 euros de media), por mostradores de facturación, por aparcamiento...

Según IATA, la asociación internacional de compañías aéreas, 15 de los 25 aeropuertos más caros del mundo están en Europa. Los españoles aumentaron sus tarifas un 24% entre 2001 y 2004 y los de París un 44%, mientras las compañías de bandera recortaban sus costes operativos. En España las tasas son iguales para todos los operadores, no hay rebaja posible a los mejores clientes, ya que son precios públicos aprobados en los Presupuestos Generales.

Las compañías recortan costes, mientras los aeródromos europeos suben sus tasas: hasta el 24% en España entre 2001 y 2004

En ese periodo, Iberia rebajó un 4% sus costes y Air France-KLM un 7,3%, según la misma fuente. Pero sólo en 2005, Iberia tuvo una factura aeroportuaria un 2,6% mayor que el año anterior, según la compañía. Junto al coste del combustible, una de las partidas de gasto que la aerolínea no ha conseguido recortar, con la diferencia de que en el segundo caso la competencia apenas existe. Así que las compañías se sienten atrapadas en los aeropuertos.

El vicepresidente de la Comisión Europea encargado de Transporte, Jacques Barrot, reunió los días 6 y 7 de abril a 11 organizaciones (de aerolíneas, aeropuertos y sindicatos) para discutir sobre la política de aeródromos, ante la creciente tensión entre aeropuertos y aerolíneas. "Las compañías aéreas afirman que las tarifas son excesivas en muchos aeropuertos, y los aeropuertos tienden a asegurar que los costes están vinculados a la alta calidad de los servicios y a la capacidad de la infraestructura", explica el portavoz de Barrot, Stefaan de Rynck.

El vicepresidente "todavía no ha decidido si proponer una directiva o no". "Quiere ver si el sector de la aviación en su conjunto puede solucionar este asunto antes de decidir legislar en el ámbito europeo", añade De Rynck. La presidencia austriaca ha convocado a la industria y a los representantes de los países miembros en Salzburgo el 4 y 5 de mayo para continuar la discusión sobre la competitividad del transporte aéreo.

En esa reunión, los representantes del sector expondrán que las aerolíneas se han tomado en serio los objetivos de competitividad establecidos en la Agenda de Lisboa. "No estamos pidiendo nada que no hayamos hecho nosotros mismos", alegó el consejero delegado de IATA, Giovanni Bisignani, en la reunión con Barrot.

En ese foro, las aerolíneas expusieron que para ellas la Agenda de Lisboa era una cuestión de supervivencia. Desde 2001, el sector ha tenido que lidiar con los efectos del terrorismo, la neumonía asiática, las guerras y los precios del petróleo. Y la feroz competencia con las líneas de bajo coste, que ha llevado a que los consumidores se beneficien de una reducción de los precios en términos reales del 30% en la última década.

Mientras, las tasas aeroportuarias han subido, con notables excepciones como Manchester (Reino Unido, propiedad del Ayuntamiento de la ciudad y otras entidades locales), que las ha reducido un 38%, o Roma, un 25% menos. Y también las tasas de Eurocontrol sobre el cielo europeo han bajado un 12,5% en tres años.

"Aunque históricamente la factura aeroportuaria no ha sido una partida relevante, empieza a serlo cuando los incrementos del coste equivalen al margen comercial que está obteniendo la compañía", explica Manuel Panadero, director de Relaciones Institucionales de Globalia, grupo propietario de Air Europa. Panadero asegura que la administración actual muestra "mayor sensibilidad" a las quejas de las compañías.

La discusión está en cómo incrementar la competitividad del transporte aéreo, lo que se discutirá en Salzburgo. La Asociación Europea de Aerolíneas (AEA) considera que una "regla de oro" es establecer una regulación económica, poniendo un límite al incremento de las tasas.

IATA reclama una directiva que determine "una regulación nacional robusta e independiente de los monopolios de aeropuertos con más de cinco millones de pasajeros", además de transparencia en los números que los aeropuertos "no quieren compartir". No confían demasiado en el efecto de las privatizaciones, ya que "podrían convertir los monopolios en megamonopolios".

La nueva terminal T4 del aeropuerto madrileño de Barajas.
La nueva terminal T4 del aeropuerto madrileño de Barajas.ULY MARTÍN

2.000 millones de pasajeros, y subiendo

El transporte aéreo ya no tiene el aura de elitismo y glamour de décadas pasadas. En 1947 -primer dato registrado por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), la institución de Naciones Unidas que se había creado tres años antes- volaron 21 millones de pasajeros en todo el mundo, cuando había sobre el planeta 2.473 millones de almas: el 0,8%. El pasado año se rebasó la cifra de 2.000 millones, el equivalente al 30,5% de la población mundial (6.540 millones).

La mágica cifra de los 2.000 millones de humanos volando se hubiese alcanzado unos años antes de no haber comenzado la grave crisis que provocó en el sector la entrada en el siglo XXI: en 2001 bajó por primera vez el número de viajeros (un 5% respecto al año anterior), y no ayudó a una rápida recuperación el impacto posterior de la neumonía asiática (SRAS). Hubo que esperar a 2004 para superar los niveles de tráfico anteriores a los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos.

Las previsiones de las organizaciones internacionales son que el tráfico aéreo continúe incrementándose. La OACI pronostica que este año aumente un 6,5% y un 6,2% en 2007, algo más de un punto por debajo del crecimiento del pasado año (7,6%). Obviamente, ese crecimiento estará repartido de modo desigual y se acercará a los dos dígitos, según la asociación de aerolíneas IATA, en Polonia, China, República Checa, Qatar y Turquía.

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