Un chií moderado formará Gobierno en Irak tras cuatro meses de enfrentamientos
El reelegido presidente Talabani encarga a Al Maliki constituir un Gabinete de unidad
Después de cuatro meses de bloqueo político, Irak dio ayer los primeros pasos para poner en marcha un Gobierno de reconciliación nacional. El nuevo Parlamento reeligió al kurdo Yalal Talabani como presidente de la República. Inmediatamente después, Talabani encargó al chií Yawad al Maliki que formase Gobierno. Los diputados eligieron también al nuevo presidente del Parlamento, el suní Mahmud al Mashadani. La secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, se felicitó del acuerdo alcanzado: "Hoy es un buen día para Irak; es un día importante", dijo.
"Hemos decidido por unanimidad encargar a nuestro hermano Yawad al Maliki ponerse al frente del Gobierno. Pensamos que tiene todas las cualidades necesarias para encabezarlo", declaró Talabani, que nada más ser elegido tomó posesión del cargo y se convirtió en el primer jefe de Estado permanente de la era pos-Sadam. Talabani prometió restablecer la seguridad y la estabilidad del país, reconstruir sus infraestructuras, preservar su unidad e independencia y acabar con el terrorismo.
La sesión parlamentaria duró apenas tres horas, pero los diputados llegaron con todo pactado, lo que permitió votar uno detrás de otro a los principales dirigentes. La renuncia el jueves de Ibrahim al Yafari facilitó los acuerdos. Con ello se relanzó el proceso político para poner en marcha un Gobierno de unidad nacional, que estaba atascado desde las elecciones del pasado 15 de diciembre.
El nuevo primer ministro designado, miembro de la Alianza Unida Iraquí (AUI), la mayor fuerza parlamentaria, tendrá que enfrentarse ahora a la dura tarea de nombrar a los ministros del próximo Gobierno. Según la Constitución, Al Maliki tiene 30 días para presentar a los miembros de su Gabinete.
Nada más recibir el encargo de dirigir el Ejecutivo, Al Maliki declaró, en su primera intervención ante los diputados, su voluntad de integrar a todas las milicias armadas en las fuerzas de seguridad del país. "Los ejércitos deben estar únicamente en manos del Gobierno y ya existe una ley que prevé integrar a las milicias en las fuerzas de seguridad", dijo.
Al Maliki subrayó, además, que "la eficiencia y una honestidad absoluta serán los criterios para elegir a los ministros del próximo Gobierno". El nuevo candidato a primer ministro añadió que su futuro Gabinete hará todo lo posible para asegurar que Irak se convierta "en un país de justicia, libertad y democracia y disfrute de una total soberanía".
Antes incluso de que recibiera oficialmente el encargo de formar Gobierno, Al Maliki aseguró que el mandato no se levantaría sobre bases comunales, étnicas o sectarias. En una conferencia pronunciada frente a los principales líderes de la AUI, precisó que el nuevo Irak se fundamentará en "una fraternidad real entre todos los grupos".
Sus palabras iban dirigidas principalmente a las comunidades suní y kurda, que se oponían radicalmente al anterior candidato a la presidencia del Gobierno por considerarle sectario. La negativa de estas comunidades, secundadas por los chiíes laicos, fue el origen de una grave crisis política que ha impedido la formación de un Gobierno de unidad nacional. Los suníes responsabilizan a la milicia conocida como los escuadrones de la muerte, a la que relacionan con el Ministerio de Interior, del secuestro y muerte de cientos de iraquíes en los últimos meses.
Al Maliki fue sentenciado a muerte durante el régimen de Sadam Husein, por lo que se vio forzado a huir del país y a refugiarse en Irán y en Siria, entre otros países, hasta su regreso en 2003 tras el derrocamiento de Sadam.
Ni Talabani ni el nuevo presidente del Parlamento hicieron referencia a la presencia de las fuerzas de la coalición encabezadas por Estados Unidos, que invadieron el país en marzo de 2003. Pero, mientras tanto, al menos cuatro soldados estadounidenses murieron por la explosión de un artefacto explosivo al paso del blindado en que se desplazaban por el sur de Bagdad en "misión de combate", según el mando militar norteamericano.
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