Primer 'match-ball'

Edmilson y Belletti no lo dudaron y Frank Rijkaard, técnico del Barça, lo confirmó. ¿También quiere usted ganar la Liga mañana ?, se le preguntó. Y el holandés, sin vacilar, afirmó: "Sí, si es posible sí. Siempre salimos al campo en busca de un buen resultado". No importa que el Milan (0-1 en la ida) aguarde el miércoles en la vuelta de la semifinal de la Liga de Campeones porque todas las hipotéticas celebraciones se retrasarán si el Barça se proclama campeón. Pero no depende de sí mismo. Todo pasa por ésta combinación: el Valencia, segundo, con 62 puntos, debería tropezar en San Mamés (ya sea empatar o perder) y el Barça, que suma 73 puntos, vencer en Sevilla para cantar el alirón.

Nunca ha estado el Barça tan cerca de una final de la Copa de Europa desde la que jugó en Atenas en 1994. Entonces fue goleado (4-0) por el Milan justo después de proclamarse campeón de Liga. La sola posibilidad de que se repita la misma situación desata todo tipo de especulaciones. ¿Mejor esperar a ganar la Liga en la siguiente jornada ante el Cádiz? ¿Mejor ya? Ajeno a todo el ruido, Rijkaard mantiene los pies en el suelo. "Es un poco pretencioso pensar en cuál es el mejor o peor momento. Ese no es mi estilo. Se trata de cumplir el trabajo y todavía no está hecho", defendió el entrenador que señaló que le parece igual de complicado afrontar un encuentro tan trascendental como el del Milan con o sin Liga.

Ronaldihno no viajó a Málaga, Santander y tampoco lohizo ayer a Sevilla. El gaucho, que cuajó una segunda parte estelar en San Siro, se reserva exclusivamente para la Champions. El viernes sufrió un golpe en la pierna derecha en el entrenamiento y ha preferido no forzar su recuperación por mucho que el Barça pueda revalidar la Liga. Hace un año, Rijkaard convocó a toda la plantilla para el partido del Levante, donde acabó alzando el trofeo, y esta vez, además de Ronaldinho, tampoco estarán en Sevilla los lesionados Larsson, Messi y Xavi. "Es que entonces dependíamos de nosotros mismos y ahora no", alega el entrenador. La única celebración que organizará el Barça si gana el título consistirá en un paseo en un autocar de dos pisos, con el techo descubierto, desde el aeropuerto al Camp Nou para que la plantilla pueda ser aclamada por la afición.

Sumido en una excitación desconocida desde hace tiempo, el Barça quiere sacudirse de encima la Liga cuanto antes y el Sevilla pasar página y pensar en el jueves. La sombra del posible éxito europeo planea en el Sánchez Pizjuan. Sexto en la tabla, el Sevilla aspiraba a copar una plaza de la Champions pero desde que rebasó la ronda de cuartos sólo piensa en la UEFA y especialmente en el partido de vuelta de semifinales ante el Schalke 04 (0-0 en la ida). El presidente José Maria del Nido ha insinudo que es mejor reservar a algunos jugadores porque el club tiene una cita con la historia. El técnico Juande Ramos, sin embargo, tiene la baja del delantero Kanouté, con una lesión muscular, y sólo ha prescindido de David Castedo, el lateral izquierdo que lo ha jugado todo y a quien le ha dado descanso.