"Nuestros intereses y los del PSOE son diferentes"
Pregunta. Empieza el segundo mandato al frente de la Cámara con el mismo tono político, ¿tanto le pesan sus antecedentes en ese terreno?
Respuesta. Las personas somos seres políticos. Es probable que mi formación política y partidaria influya. Las reivindicaciones hay que hacerlas allá donde se toman las decisiones, y estas, en democracia, corresponden a las instituciones públicas.
P. Los presidentes de las cámaras de Castellón y Valencia ciñen sus declaraciones al marco económico, ¿No se siente solo en la batalla política?
R. Al final es todo lo mismo, aunque el estilo, en función de las personas, es diferente. El fondo es el mismo. Economía y política van absolutamente ligadas.
"Aún reconociendo que con el PP el AVE no corriera mucho, lo del PSOE es pura lentitud, paso de tortuga", dice el dirigente empresarial que considera esa infraestructura clave para el crecimiento económico de Alicante
P. Dice que el Gobierno del PSOE es débil y le impide ejecutar los proyectos que Alicante necesita, ¿cómo justifica esa queja?
R. La situación política desde el punto de vista del Gobierno central no beneficia a Alicante ni a la Comunidad Valenciana. Nosotros no tenemos un partido nacionalista que apoye al Gobierno de España y la Generalitat está gobernada por el PP. Las estrategias del PSOE pasan por parámetros absolutamente diferentes a nuestros intereses. Y eso nos ha perjudicado. Lo primero que hizo el Gobierno socialista fue derogar el trasvase del Ebro.
P. ¿La derogación fue fruto de las presiones de los socios del Gobierno?
R. Sí. El señor Rovira y el señor Maragall fueron claros en su campaña electoral y afirmaron que si ganaban las elecciones el trasvase del Ebro no se haría, y se derogó al día siguiente. Y en cuanto al AVE, aún reconociendo que con el PP no corriera mucho, lo de PSOE es pura lentitud, paso de tortuga.
P. Su tono contestatario suena con más energía ante el Gobierno que ante el Consell...
R. En absoluto. Me remito a mis intervenciones públicas y en ellas queda patente que soy igual de reivindicativo ante el Consell que ante el Gobierno. Mi actitud ha sido y será la de decir lo que yo creo que piensan los empresarios, la institución que presido y lo que yo pienso.
P. ¿Cuáles son los proyectos que la Administración debería ejecutar sin dilación en Alicante?
R. Hay dos carencias que necesitamos que se resuelvan con urgencia. Una es el tema de las comunicaciones con Madrid, el AVE de ancho europeo y doble vía, otro las comunicaciones con Europa a través del Arco Mediterráneo. Son dos proyectos vitales para mantener el impulso de uno de los puntales de nuestra economía, es decir, el turismo, el ocio y la residencia. Y el segundo problema básico que tenemos en estos momentos es el agua. Esta provincia necesita agua, en calidad y en cantidad, para planificar su desarrollo futuro.
P. ¿La política del Gobierno satisface las urgencias hídricas de Alicante?
R. No. El Programa agua tampoco avanza muy rápidamente y las desalinizadoras pueden ser una solución en un momento concreto para el consumo humano, pero no para lo demás. Necesitamos los trasvases. El Ebro es de los ríos de España con más sobrantes. Por tanto, es razonable que como españoles que aportamos a la caja común, en justicia fiscal, lo que nos sobra, también es justo que reclamemos lo que nos falta.
P. Los ecologistas y otros colectivos se oponen a la llegada de más agua porque se destinará a fines especulativos y el negocio inmobiliario...
R. Son dos cosas diferentes. La provincia necesita agua. Eso es un hecho incuestionable; pero el desarrollo urbanístico es otro tema que debe abordarse de acuerdo con las competencias de la Generalitat y de los ayuntamientos, que son los que tienen la facultad de ordenar el territorio. La reivindicación de agua de esta provincia tiene más de un siglo de vigencia.
P. ¿El actual monocultivo económico de Alicante, turismo y servicios, puede lastrar su crecimiento?
R. Eso no es así exactamente. Hasta hace pocos años, nuestro principal motor industrial era el calzado, que ahora por la evolución de mercados y la irrupción de los países emergentes, como China, con mano de obra barata está haciendo mucho daño. Pero de esta crisis se van a salvar un número razonable de empresas. Son las firmas que en su momento hicieron lo que debían de hacer; es decir, generar marcas y diseño. Pero no van a fabricar aquí porque no pueden. El problema es qué vamos a hacer con esa mano de obra sobrante, porque la empresa industrial va a seguir existiendo.
P. Usted ha sido reelegido por amplia mayoría, pero el comité ejecutivo fue más contestado, sobre todo el ex vicepresidente primero, Juan Zaragoza, ¿Hay unidad dentro del empresariado de la Cámara?
R. Hay unidad absoluta. Ello no quiere decir que, en ocasiones, haya amores o desamores. Salvo el pequeño rifirrafe de Zaragoza, el conjunto del comité ejecutivo obtuvo un respaldo mayoritario, con porcentajes del 66%.
P. ¿Cómo están los amores y desamores entre la Cámara y la otra gran organización empresarial alicantina, Coepa?
R. Nuestro amor es comparable al de Romeo y Julieta. Colaboramos e intercambiamos todo tipo de información permanentemente.
P. ¿Cómo afronta el proceso de renovación que se avecina en Coepa?
R. Me comprometo a que la Cámara no va a interferir para nada en el proceso. Coepa es una federación de asociaciones empresariales que, a su vez, están dentro de la Cámara, es decir, representamos lo mismo.
P. ¿Qué le parece la candidatura del presidente de IFA, Modesto Crespo, a dirigir Coepa?
R. Modesto Crespo me parece perfecto. Es un hombre de diálogo y de trabajo.
P. Una de sus prioridades en el anterior mandato fue construir la sede de la Cámara en el hotel Palas . Pero no se materializó, ¿por qué?
R. No se habría materializado de ninguna de las maneras. Yo no buscaría responsables del retraso, sino más bien incomprensiones. Cuando optamos por el Palas como nueva sede, uno de los motivos era conservar para la ciudad un edificio referencial. Los bienes de la Cámara son públicos, por tanto, el edificio está a buen recaudo.
P. ¿Qué opina de los últimos escándalos de supuesta corrupción en los ayuntamientos de Orihuela y Torrevieja?
R. No es bueno para el ciudadano porque pierde confianza en las instituciones. Es malo para la salud de la democracia y del sistema.
P. ¿No cree que, a menudo, los intereses privados de los empresarios y los públicos de los políticos se confunden?
R. No conozco el tema a fondo y como es una cuestión delicada prefiero no opinar o hacer un juicio de valor.
P. ¿Cuál es su postura ante el plan Rabassa y la crisis que originó en el grupo municipal socialista de Alicante?
R. Si el Ayuntamiento en pleno considera que el plan Rabassa es viable, no tengo nada que objetar. Sobre las repercusiones en el grupo socialista, considero que no debo entrar.
P. ¿En qué fase está su relación con el PSPV? ¿Milita o no el partido?
R. Pedí la suspensión temporal de militancia. Envié una carta y nadie me respondió. Considero que, por silencio administrativo, se habrá aceptado.
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