Los consejeros salientes de ERC e ICV plantan a Maragall en la toma de posesión del Gobierno
La remodelación del Ejecutivo distancia al presidente de republicanos y ecosocialistas
La toma de posesión de los seis nuevos consejeros del Gobierno catalán evidenció ayer el creciente distanciamiento entre el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y dos de los tres partidos que le sustentan. Los tres consejeros salientes, dos de Esquerra Republicana y uno de Iniciativa, se ausentaron del acto en un elocuente gesto de enojo hacia Maragall. Ni siquiera hubo la típica foto de familia del Gabinete en pleno. El presidente, en su discurso, reiteró su voluntad de agotar la legislatura y expresó su confianza en que el nuevo equipo sabrá dar un impulso a la acción del Gobierno tras el referéndum del Estatuto.
Los gestos revelaron, más que las palabras, el ánimo que ayer reinaba en el Palau de la Generalitat. Caras largas, notables ausencias, huidas a media celebración y corrillos de políticos en continuo cuchicheo. Los tres consejeros sacrificados le dieron plantón a Maragall: los republicanos Joan Carretero (Gobernación) y Carles Solà (Universidades) y el ecosocialista (Salvador Milà). Carretero ni siquiera asistió al tradicional traspaso de carteras y eso que su sucesor será Xavier Vendrell, un dirigente del mismo sector de Esquerra, cercano al secretario general, Joan Puigcercós. El líder de ERC, Josep Lluís Carod, se marchó tras la toma de posesión. Puigcercós se quedó con compañeros de partido en un ala del Palau. Y el consejero de Relaciones Institucionales y líder de ICV, Joan Saura, inusualmente no lució corbata.
Realmente el enfado era con Maragall aunque todos los dirigentes evitaron cuestionarle en público. Incluso el portavoz del PSC, Miquel Iceta, aplaudió la reciente remodelación gubernamental y la entrada de Xavier Vendrell, el polémico recaudador de ERC que envió cartas a trabajadores de la Generalitat exhortándoles a pagar la correspondiente cuota al partido.
Aunque los más disgustados con los cambios son republicanos y ecosocialistas, dirigentes del PSC, en privado, no escondieron su contrariedad con la resolución de la crisis y en especial con la inclusión de Vendrell, de la que culpan a Maragall. "Si hubiéramos hecho la remodelación tras el referéndum como acordamos en octubre, Vendrell no hubiera entrado", se lamentaba un alto cargo de la dirección del PSC. El consejero de Economía, Antoni Castells, expresó su convencimiento de que Vendrell hará los nombramientos en su departamento con independencia de si los designados aportan o no dinero a Esquerra.
Los republicanos se deshicieron en alabanzas hacia Xavier Vendrell. Puigcercós salió a defenderle y denunció una "caza de brujas" contra el consejero, que en breve abandonará el cargo de secretario de Organización y Finanzas de ERC. "Es un intento de la oposición de desvirtuar el cambio de Gobierno que significará que se va a agotar la legislatura, algo que no deseaban ni CiU ni algunas personas del PSOE", declaró en una entrevista a Punto Radio.
Fue justamente Maragall quien quiso resaltar este elemento de perdurabilidad del tripartito, en su discurso ante el nuevo Gobierno, a cuyos miembros instó a trabajar a pleno rendimiento tras el referéndum del 18 de junio y a extraer todas las potencialidades al nuevo Estatuto. El presidente omitió referencia alguna al desplante de tres consejeros y, en un esfuerzo para apaciguar el enrarecido clima con sus socios, elogió el trabajo de los consejeros destituidos y de los máximos dirigentes de ERC e ICV presenten en su Ejecutivo: Josep Bargalló y Joan Saura, respectivamente. No obstante, recordó que es el PSC, y no otro, el partido sobre el cual pivota no sólo el Gobierno catalán sino el central.
Los nuevos consejeros se limitaron en sus declaraciones a expresar por un lado su agradecimiento a sus antecesores y, por otro, a anunciar sus proyectos. Pero Xavier Vendrell, de Gobernación, se extendió para amenazar a los dirigentes de la oposición de PP y CiU con llevarles a los tribunales si siguen acusándole de haber "extorsionado" a trabajadores de la Generalitat sobre el pago de cuotas a Esquerra. Vendrell dijo no haber cometido ninguna irregularidad y sí lo establecido por su partido.
No se quedó ahí. Vendrell demostró que practicará una política de continuidad respecto a su antecesor, Joan Carretero. Y como él calificó de "tomadura de pelo del PSOE" el nuevo Estatuto.
En cambio, Ferran Mascarell, de Cultura, no tardó ni una hora en explicar las grandes líneas que piensa imprimir a su departamento a partir de ahora y anunciar algunos cambios. Eso sí, evitando una transición traumática.
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