Empieza la cuenta atrás para la reforma de la plaza de Lesseps con la demolición de los túneles

Durante este fin de semana se desviará todo el tráfico de la plaza de Lesseps en dirección Llobregat y los vehículos circularán por la superficie en una salida provisional. El desvío se lleva a cabo por el inicio de la demolición de los túneles que pasan bajo la plaza, uno de los primeros pasos de la compleja reforma de la plaza que se está ejecutando de forma simultánea a las obras de la estación de la futura línea 9 del metro.

Dos grandes grúas desmontarán el voladizo de la boca del túnel del lado Besòs. Se trata de una operación que no permite el desmontaje parcial y tiene que ser extraído del túnel de forma íntegra. En una segunda fase, todavía por determinar, se realizará la misma maniobra con la boca del túnel del lado Llobregat. Los túneles definitivos serán construidos en una cota inferior a la actual, con lo que la plaza podrá recuperar su altura natural, que se alteró con la construcción de los viales de la ronda del Mig.

Lo que no se verá desde el exterior de la plaza son los trabajos de construcción de la estación de la línea 9 del metro y su conexión con la 3, que continuarán en el subsuelo pero sin afectación en superficie, salvo la gran grúa amarilla, que permanecerá en la superficie para facilitar la extracción de tierras.

El método de derribo de los túneles actuales de la ronda del Mig son más propios de un desmontaje que de un derribo porque es la forma de originar menos incidencias negativas en el entorno, especialmente polvo, ruido y vibraciones.

Cuando las obras de la plaza terminen, algo que no será antes de finales de 2008, el aspecto de la encrucijada de calles de ese punto de la ciudad en el que confluyen prácticamente tres distritos -Sarrià-Sant Gervasi, Horta-Guinardó y Gràcia- será completamente distinto, sobre todo porque la plaza volverá a serlo con una gran superficie de zona verde en el lado sur y unas aceras más amplias en todos sus límites.

Esta reforma humaniza lo que durante las últimas tres décadas ha sido un punto de encrucijada de vehículos con un parque inverosímil situado en medio de dos viales en el centro de la plaza y pasos subterráneos que eran evitados por la mayor parte de las personas por sucios y, a menudo, tenebrosos.