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Una etarra pide a los jueces que no entorpezcan el proceso de paz

La etarra Ana Belén Egüés Gurrutxaga, Dolores, integrante del comando Buruahuste, pidió ayer a los jueces que no entorpezcan el proceso de paz. La petición se produjo en el turno de última palabra del juicio que se celebraba contra ella y contra el también miembro del citado comando Aitor García Aliaga, Óscar, por su participación en el asesinato mediante una bicicleta bomba del general Justo Oreja Pedraz, el 28 de julio de 2001 en la calle López de Hoyos de Madrid.

Ni Aliaga ni Egüés, que ya están condenados a 1.042 años de prisión cada uno por el atentado contra el secretario general de Política Científica Juan Junquera, quisieron contestar a las preguntas del fiscal ni de la acusación, ni participar en el juicio.

Sin embargo, después de que su abogado defensor renunciara a realizar informe o defensa por expreso deseo de los terroristas, Ana Belén Egüés decidió hacer uso de la última palabra.

"No consideramos que este tribunal sea nadie para juzgarnos", dijo la etarra. "Es un sustituto de lo que en el franquismo fue el TOP [Tribunal de Orden Público]". Y dirigiéndose a los tres magistrados agregó: "Les considero sus sucesores y les invito a que, en este momento crucial para el País Vasco...".

En ese momento fue interrumpida por el presidente del Tribunal, Félix Alfonso Guevara Marcos, quien trató de hacerle ver que el turno de última palabra tiene como objeto alegar aquello que pueda servir para su defensa y que no haya sido dicho por su abogado, pero que no se trata de hacer un alegato político.

Aplicación benigna de la ley

La interrupción no arredró a la etarra quien señaló: "Me ha dado la palabra y quiero hablar". De forma un tanto atropellada, Egüés dijo a los jueces que colaboren en el proceso de paz. Ya no especificó más, pero quedó sobrentendido que reclamaba de los tribunales de justicia una aplicación más benigna de la ley.

El fiscal Fernando Burgos solicita para cada uno de los dos etarras penas que suman 326 años de prisión por delitos de asesinato consumado, 17 asesinatos en grado de tentativa, robo, falsedad y dos delitos de estragos. No obstante, la condena es irrelevante, ya que ambos se encuentran ya condenados a penas que superan los 1.042 años de cárcel y en ningún caso rebasarán los 30 años de cumplimiento efectivo.

Ana Belén Egüés y Aitor García Aliaga fueron detenidos el 6 de noviembre de 2001 en Madrid, tras la persecución de un ciudadano que había presenciado cómo hacían estallar un coche cargado de explosivos en la calle Corazón de María. Los etarras habían intentado matar al secretario de Política Científica, Juan Junquera. Egüés accionó el mando a distancia de la bomba y causó graves lesiones a 93 personas. Cuando se daban a la fuga, fueron seguidos por un ciudadano conocido en los medios como "el héroe anónimo", que condujo a la policía hasta la detención de los terroristas.

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