"Toda partitura de música popular es aprovechable pedagógicamente"
La asociación cultural bilbaína Arteola, con el patrocinio del Departamento de Educación ha publicado Aho bete kanta, libro-disco trilingüe (euskera, castellano y francés) que pretende introducir la música popular vasca, facturada en los últimos 40 años, en las escuelas de música. En la página web: www.ahobetekanta.arteola.com, se pueden consultar también estas piezas. El músico Josu Zabala (Mekoleta, 1954), antiguo componente de Hertzainak, es el coordinador de un proyecto que espera completarse con cuatro nuevas entregas.
Pregunta. ¿Qué es exactamente Aho bete kanta?
Respuesta. Material didáctico para las escuelas de música. Recoge 221 arreglos de 214 canciones, para diferentes tipos de orquestaciones y escritos en formato informático, lo que permite que cualquier profesor pueda coger las partituras y modificarlas según su gusto o sus necesidades. No se entregan unos arreglos totalmente cerrados e impresos en un papel donde cualquier corrección significa un tachón. Incluye, además, unas fichas didácticas con consejos de utilización, análisis morfosintácticos de las canciones, qué conceptos trabajar, sugerencias para la interpretación, nivel didáctico o dificultad de los ejercicios.
En los niveles de iniciación la música popular es tan válida, o más, que las grandes obras clásicas
Permite que cualquier profesor pueda coger las partituras y modificarlas según su gusto o sus necesidades
P. No es sólo una colección de partituras.
R. No, la otra pata es la parte documental, donde se hace una contextualización de ese material musical. Se ofrece la letra y biografía de los cantantes, y en 40 páginas se ha escrito una historia breve de la música moderna vasca, de los años sesenta hasta aquí.
P. ¿Cuál es el fin de la iniciativa?
R. El objetivo es fundamentalmente que la historia de la música de este país se transmita a través del sistema de transmisión fundamental: los propios músicos de las escuelas de música. Que los músicos del futuro sepan qué pasó aquí antes de que ellos llegaran.
P. ¿Por qué no se ha hecho nada parecido antes?
R. No sé, pero sí es una iniciativa pionera. La Ley ordena que la historia musical del país, la música que se ha hecho, se transmita a través de las escuelas de música, pero no había prácticamente ningún material, con lo que era muy difícil de cumplir. ¿Qué ocurre? Que para la industria privada crear este tipo de material no es algo rentable, porque está destinado a un público bastante limitado. Por eso no ha cubierto este campo y era necesaria la intervención pública para resolver este problema.
P. ¿La música popular tiene algo que envidiar a la clásica a nivel docente?
R. En la música popular no creo que haya ninguna partitura que no sea aprovechable pedagógicamente. Obviamente, no vamos a comparar a Mikel Laboa con Beethoven, hay una diferencia abismal, pero también hay una cosa que se llama los niveles. Nadie empieza estudiando a Beethoven y, además, la música propia de tu país da un punto de vista, unos contenidos, unos temas, letras y, de alguna manera, describe cómo es este país y la personalidad de la gente. Incluso la moldea. Entonces, es importante la presencia de esta música. Por supuesto que la música es un lenguaje internacional y hay grandes clásicos que han hecho obras enormes y tienen que seguir siendo estudiadas ahí, pero una cosa no quita la otra, y sobre todo en los niveles de iniciación la música popular es tan válida, o más, que las grandes obras clásicas.
P. ¿Cuál ha sido el criterio de selección de las canciones?
R. Por parte de la coordinación, hemos intentado que sea una selección lo más amplia posible, que atienda fundamentalmente a las figuras más importantes que ha tenido la historia de la música vasca, que no falte nadie y que sean las canciones que simbólicamente han dejado más huella en el país. Pero la selección definitiva de las canciones la han hecho los músicos que tienen que hacer las transcripciones. Es casi imposible obligarle a un músico a que transcriba una canción que no le gusta, por eso la selección no tiene un aire de recopilación conceptual.
P. Parece que es un proyecto abierto, que este es sólo el primer paso.
R. Sí, nos gustaría que esto llegara a ser una especie de real book, llegar a las 1.000 canciones durante cuatro años más de trabajo. Con eso creemos que para una temporada dejaríamos una buena cantidad de material que esperamos sea muy práctico, pueda ser utilizado y rinda sus frutos. Nuestra ilusión es escuchar dentro de poco arreglos que están aquí en manos de chavales y gente que está estudiando.
P. ¿Por qué no se lanza una edición destinada a particulares?
R. En principio la tirada es limitada y se va a distribuir en las bibliotecas de las escuelas de música de Euskadi, porque en el fondo es material pensado para la enseñanza, no para el melómano. Si le quitas la parte didáctica y la parte un poco documentalista, quizá no tenga mucho atractivo.
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