Aleluyas populares
De unos meses acá, dirigentes, parlamentarios y ediles del PP han trabajado devota e ingeniosamente, hasta donde les llega el ingenio, para ofrecernos en el día de hoy, unos curiosos y hasta singulares pliegos de aleluyas, donde no sólo se expresan júbilos pascuales, sino desaires, ficciones alegóricas y hablillas épicas. Desde la reciente del alcalde de Orihuela, José Manuel Medina, en la que vaticinaba que José Joaquín Ripoll pretende "hacerse con su piel, unos zorros", dando fe pública del supuesto mal gusto en materia de peletería del presidente provincial del PP, en Alicante, hasta las más temerarias del alcalde de Crevillent, César Augusto Asensio, quien, en un DVD que le han obsequiado al cronista, le canta las cuarenta a quien se le pone por delante, ya sea el Gobierno de Zapatero, ya el poder judicial, ya la Asociación Unificada de la Guardia Civil, que, por cierto, ha denunciado los métodos paramilitares de un grupo de la Policia Local de Crevillent, que actúa con pasamontañas, pistolas láser y gas tóxico, en servicios de más que dudosa legalidad, y en el territorio de su municipio. Pues estamos aviados. A los anteriores alcaldes de la facción popular/campista, se agrega el de Novelda, José Rafael Sáez, de la misma cofradía, quien entona su aleluya revocando las delegaciones de cuatro concejales de confesión zaplanista. De inmediato, José Josquín Ripoll dispara sus estampas de colores, con santos y descalificaciones: "De actitud vengativa -la del primer edil de Novelda- denota una falta de inteligencia importante, y no busca lo que buscaría cualquier alcalde, agrupar a su alrededor (o sea, como un pastor) a todo el partido (o sea, como un rebaño)". Ripoll escribe en verso libre, pero en renglones ordenancistas de su señor. Incitados, sin duda, por este derroche de ocurrencias, los de la oposición se han sumado a tan sugestivo gaudeamus, y el socialista Andrés Perelló se ha marcado toda una aleluya terapéutica: "Francisco Camps pudo perjudicar la salud de los valencianos al proteger al presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra", en tanto Joan Ribó, portavoz en las Corts Valencianes de EU-Verds-l'Entesa, ha volado una de cautelas y avisos, dedicada también al presidente Camps en la que le recuerda, muy constitucionalmente, que España "es un Estado aconfesional, que muchos valencianos y valencianas no tienen nada que ver con la religión católica, por decisión propia, y que la manera de enfocar el Encuentro Mundial de las Familias, como si dependiera de la Generalitat y no de la Iglesia, parece responder a una regresión ideológica de los populares hacia el nacionalcatolicismo". Se cierra hoy una semana penitencial, donde al olor de los cirios y con la solemnidad del paso procesional, los montescos y capuletos de la derecha valenciana se han despellejado a gusto, con el filo de las aleluyas y disparándose saetas envenenadas. Ya no se respetan. Por fortuna, muchas otras gentes conmemoraron el 75 aniversario de la Segunda República, y reivindicaron la tercera. Aleluya.
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