"Bailar clásicos es lo que más acaba divirtiendo a la gente"
Koldo Serra (Bilbao, 1975) celebrará su 31º cumpleaños pinchando codo con codo con el cortometrajista Borja Crespo (Brusko DJ), con quien ya ha puesto música en los festivales de cine de Sitges, Peñíscola y Alcalá de Henares. Dibujante de cómics y story boards, cartelista, realizador de videoclips y ocasional dee jay identificado como DJ Phibes en homenaje a Vincent Price, el ganador de un Méliès de Oro con El tren de la bruja ultima su primer largometraje The backwoods (Bosque de sombras), protagonizado por el inglés Gary Oldman y Aitana Sánchez Gijón.
Pregunta. ¿Qué pinchará en Bilbao?
Respuesta. Suelo atacar el género ochentero; desde Communards a Modern Talking, pasando por Estefanía de Mónaco, clásicos como A-Ha, o The Cure. Todo muy bailable. No es una música que escucharía normalmente, pero funciona en las pistas. Bailar clásicos es lo que más acaba divirtiendo a la gente; con una copas el público siempre agradece Flashdance o Fama.
P. ¿Cualquiera puede poner música?
R. Nuestro ejemplo deja patente que sí, porque nosotros no tenemos ni idea.
P. ¿De dónde le viene esta vocación de pinchadiscos?
R. En casa ponía a la gente cachos de temas, hardcore, heavy o trozos de películas. Así que era una ruta natural lo de llegar a poner música en garitos. Pero lo dejaré en breve, eh, no se puede estrenar una película seria y luego pinchar música poco seria.
P. Pero la relación entre cine y música es muy estrecha.
R. Sí, el propio nombre del medio, audiovisual, ya indica que es imagen con sonido. Al principio hasta el cine mudo tenía música, aunque fuera tocada en el exterior, y hoy el cine y la música son indivisibles.
P. ¿No pensó en componer la banda sonora, como hacen Amenabar y Clint Eastwood?
R. No. Dios me dio el don de dibujar y el de, más o menos, manejarme en el medio audiovisual, pero no el del oído. Ni pude tocar una batería de adolescente, ni soy capaz de componer. Aunque tengo claro lo que quiero, y a The backwoods he querido darle un toque de la tierra. Hemos hecho una banda un poco rara, mezcla de música orquestada con txalaparta tocada por Oreka TX.
P. ¿Se arrepiente de haber emigrado a Madrid?
R. No, para nada. Ahora mismo la infraestructura en Euskadi no es la necesaria para poder levantar un proyecto como The backwoods. Aunque luego, es curioso, lo hemos rodado en Euskadi y con equipo de allí.
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