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Condenados dos altos cargos de una papelera por delito ecológico

La sentencia fija una indemnización por vertidos al Ibaizabal hace 16 años

Un juzgado de Bilbao ha condenado por delito ecológico a dos directivos de la papelera de Iurreta a causa de unos vertidos ocurridos hace 16 años, en uno de los incidentes contra la naturaleza más graves en Euskadi en las dos últimas décadas. La sentencia, fruto del acuerdo entre las partes, no lleva aparejada penas de cárcel pero reconoce una indemnización de 15.000 euros por el daño causado al río Ibaizabal.

Los fallos por delito ecológico son contados en el País Vasco. En los últimos diez años ha habido dos casos de condena, el más importante contra un empresario por un vertido ilegal en Abadiño, que fue sentenciado a dos años y tres meses de prisión. Otro hecho más sonado, el escape tóxico en la química Rontealde en Barakaldo que en 1994 causó la muerte de un vecino, acabó con la condena de dos directivos a un año por homicidio imprudente pero quedaron absueltos del delito ecológico.

El caso de la papelera de Iurreta ha sido significativo por el tiempo de la instrucción y la gravedad de los hechos. La empresa, gestionada entonces por Celulosas del Nervión, se negó a conectarse a una depuradora construida por la administración en 1988 y en el verano de 1990 y durante 1991 provocó hasta cinco vertidos tóxicos en el río Ibaizabal.

Los daños provocados llevaron a la Diputación de Vizcaya, los ayuntamientos de la zona y el grupo ecologista Eki a presentar denuncias. Pero con el transcurso de los años las administraciones públicas retiraron sus querellas y sólo quedaron los ecologistas, que se han enfrentado a un sinfín de dilaciones por el continuo cambio de jueces y la adquisición de la empresa por otros dueños.

Las diligencias iniciadas en 1990 acabaron el pasado 24 de marzo -16 años después- con un fallo del juzgado de lo penal número 3 de Bilbao, que condena al entonces director de la fábrica José Ramón Badia y el director general de la empresa José Nieto al pago, cada uno, de 2.800 euros. Además, se condena a la empresa que ahora se hace cargo de la papelera, Smurfit Nervión, al abono de 15.000 euros "por los daños ocasionados al medio ambiente". Paradójicamente, pese a que las administraciones públicas desistieron de sus demandas, esta cantidad se abonará al Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia para recuperar el río Ibaizabal o realizar labores de educación ambiental. La sentencia es fruto del acuerdo de las defensas de los acusados y la empresa, el fiscal y los ecologistas. "Tenemos una satisfacción moderada porque las penas son simbólicas. No hay condena de cárcel. por la dilación [del sumario] y lo que nos interesaba el es el reconocimiento de los hechos y señalarse una indemnización a favor del medio ambiente", explicó ayer Carlos Alonso, portavoz de Ekologistak Martxan.

Los ecologistas habían pedido una condena de dos años a cada directivo y una indemnización de 600.000 euros. El fiscal había solicitado cuatro meses de cárcel.

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El grupo ecologista criticó la "pasividad" de la Diputación y los ayuntamientos de la zona en este caso, lo que "explicaba entonces y sigue explicando muchas de las agresiones contra el medio ambiente".

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