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El auto de procesamiento del 11-M

"Nula consistencia tiene esa fuente"

En el folio 1.157 del auto de procesamiento aparecen las referencias al testimonio de un confidente de la policía que supuestamente había contado que una trama de delincuentes asturianos traficaba con explosivos que, finalmente, llegaban a manos de ETA.

El juez relata que ese confidente había declarado que un delincuente, José Ignacio Fernández Díaz, Nayo, le había contado que "había entregado explosivos a un guardia civil para que el guardia civil se lo diera a ETA", y que sobre ese tema "no podía concretar más".

Ese confidente aseguró entonces que Nayo tenía información relevante que quería facilitar al juez a cambio de obtener una ventaja penal en España.

Nayo había tenido tratos con el ex minero José Emilio Suárez Trashorras, al que el juez atribuye los 191 asesinatos del 11-M como cooperador necesario, pues facilitó la dinamita a los terroristas islamistas. El juez recuerda que Nayo ofrece información sobre el tráfico de explosivos relacionados con el atentado, aunque para cuando se produjeron esos hechos Nayo se encontraba huido de España por sus actividades delictivas.

El juez Juan del Olmo concluye en su auto: "Nula consistencia puede tener esa fuente, tal y como se infiere de la mera lectura de las antedichas testificales".

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