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Análisis:A LA PARRILLA
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El show de Urdaci

Ahora que ha dejado la política, José Bono podría reciclarse como monologuista de El club de Flo (La Sexta). El concurso que presenta Florentino Fernández es una alternativa para los que desean ampliar horizontes. Como Alfredo Urdaci, por ejemplo, que ganó la última eliminatoria hablando de la diferencia entre ir de compras y comprar. Ocurrió justo antes de un fin de semana marcado por la salida de Rocío Jurado de la clínica (Ahora, El buscador, Salsa rosa), celebrada por muchos de los que llevan meses enterrándola. Pero volvamos a Urdaci. No lo hace mal, aunque su perfil amable no alcanza los matices interpretativos de su lado oscuro. El género hace el resto. Aplausos, risas contagiosas entre el público para inducir a los demás, un jurado, una banda de música y ese buen rollo industrial que ha mecanizado el género hasta límites casi asfixiantes (sólo hay una cosa más tópica y pesada que los monólogos: los monólogos contra los monólogos).

Los que no tengan bastante con el Urdaci showman pueden recurrir al libro Cómo salir del infierno, su último monólogo. Como ya hizo en Días de ruido y furia, Urdaci relata, con resquemor catártico, su expulsión del paraíso televisivo y destierro al infierno. Es una confesión interesante que a veces cae en el maniqueísmo que critica. El índice onomástico es premeditadamente jugoso y quedan peor parados los que, sin nombrar, se reconocen. También hay digresiones ideológicas opinables y una acusación actual: los partidos utilizan a las productoras de programas para financiarse. Me voy, que empiezan los dibujos de Padre de familia (La Sexta) y no quiero perdérmelos. Les dejo con una muestra del agudo sentido de la observación urdaciano: "Todos los despachos de directores de televisión que conozco son iguales. Responden a una adicción: los monitores todos encendidos, cada loco con su tema, y la trastienda, un poco secreta, un poco sombría, lo oculto y lo visible como un juego de apariencias, donde lo más real es lo que se esconde, y lo menos tangible, lo que se muestra".

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