Airbus

La decisión de British Aerospace de vender a EADS su revalorizada participación del 20% en el consorcio Airbus, para invertir en el negocio armamentista estadounidense, ha provocado notable nerviosismo en el Reino Unido, donde el fabricante aeronáutico europeo emplea a 13.000 personas. La medida coincide con otras del grupo automovilístico germano Daimler Chrysler y el conglomerado mediático francés Lagardère, ambos grandes accionistas de EADS -la matriz de Airbus, en la que España participa con el 5,5%- para poner en el mercado en total el 15% del capital de la empresa. Quizá el deseo de hacer jugosa caja con unas acciones que han multiplicado su valor en los últimos años sea el único motivo de todos ellos para desprenderse a la vez del total o una parte de su participación. Presumiblemente, las instalaciones británicas de Airbus, en las que el consorcio ha invertido masivamente para fabricar las alas de sus aeronaves, no tengan nada que temer a corto plazo de la decisión de vender de British Aerospace. Pero es un hecho que el horizonte absolutamente rosa de Airbus en los últimos años parece ahora amenazado por nubarrones procedentes del otro lado del Atlántico, con el nombre de su archirrival Boeing. La firma estadounidense, en su momento reina de la aviación comercial, comienza a recuperar el lustre perdido. En el sector más lucrativo, aviones de largo recorrido, Boeing ha obtenido el año pasado pedidos que superan en valor económico a los de Airbus.