Aguirre, tras la estela de Colón

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ha realizado la semana pasada su cuarto viaje al extranjero. El lugar elegido ha sido Miami, en el Estado norteamericano de Florida. Con esta visita de dos días pretendía promocionar el turismo de Madrid al otro lado del Atlántico para que los norteamericanos se acuerden de la riqueza cultural y gastronómica de la región. Su corto periplo sólo ha incluido seis actos públicos, entre los que destaca la reunión con los dirigentes de la disidencia cubana en Miami.

El primer capítulo del viaje comenzó el pasado lunes en el hotel donde se alojó la presidenta. Allí se reunió con una veintena de empresarios radicados en Miami. Destacan compañías como Iberia, Caja Madrid, Alcalagres y Mapfre. "En la Comunidad de Madrid tenemos un interés muy especial por aquellos madrileños que desarrollan su actividad en el extranjero, en especial, en Estados Unidos. A todos ellos les une su audacia y decisión", comentó en el desayuno la titular del Ejecutivo regional.

"Queremos que suba un 12% el número de turistas de EE UU que visitan Madrid"

"Para nosotros supone dar a conocer a España y Madrid como punto de encuentro, de entrada en Europa. Nos damos a conocer y que la gente conozca nuestros productos", explicó el gerente de Iberia para Estados Unidos, José María Alvarado.

"Estas visitas son importantes. Nuestra empresa [Mahou] tiene previsto sacar en verano una cerveza para Estados Unidos que se llamará Reina, que tendrá la imagen de un toro en la etiqueta y que será más suave que la española", comentó Denis Barreto, director de ventas de Mahou para Estados Unidos. Y es que esa imagen de flamenco y toros es de las más vendidas para los turistas norteamericanos. No es extraño que estos símbolos figurasen en el video promocional de la delegación madrileña.

Con el tiempo justo, Aguirre se marchó a la otra punta de la ciudad para inaugurar la feria de alimentación Mediterranean Experience, en la que participaban una veintena de empresas madrileñas (de aceitunas, de vino y de dulces, entre otros productos). La presidenta recorrió los puestos madrileños, que estaban desiertos. La apertura del evento se produjo sin público, por lo que la presidenta sólo estuvo acompañada de otros empresarios, políticos y periodistas. "La venta de vinos de Madrid ha aumentado el 27% en 2005 en Estados Unidos gracias a que se aprovechan de esa marca, Madrid, que lo hace más atrayente que otros productos de más renombre, como los rioja", comentó Aguirre.

A mediodía, la titular del Ejecutivo regional tuvo un acto con una asistencia más que exigua. Aguirre fue invitada por el rectorado de la Universidad Internacional de Florida para dar una conferencia sobre la modernización de Madrid. Estuvo a punto de ser suspendida. Sólo media docena de personas acudieron a este evento. El pequeño auditorio parecía más lleno gracias a la presencia de 12 periodistas, de los cargos que acompañaban a la presidenta y a los responsables de la universidad. Al final, Aguirre pronunció la conferencia en un inglés académico. En el turno de preguntas, salió el asunto de la tregua de ETA. "El caso de España no es como Irlanda. Allí estaban luchando dos bandos en litigio, mientras que en España se trata de una banda armada", resumió.

Por la tarde del lunes, la comitiva se desplazó a uno de los hoteles más lujosos de Miami: el Biltmore, donde a principios del siglo pasado se hospedaba el mafioso Al Capone. Allí asistió a una cena con directivos de agencias de viajes de Estados Unidos.

Un plato de diferentes tapas, una degustación de gazpacho tradicional, de mango y naranja, seguido de un rollito de primavera relleno de cerdo sobre patatas asadas y zanahorias y una tarta de chocolate caramelizado fue el menú típicamente madrileño. Un espectáculo de estilo flamenco amenizó la velada.

El segundo y último día de Aguirre en Miami también empezó pronto. A las nueve de la mañana (tres de la tarde en Madrid) se reunió con disidentes anticastristas en el Instituto para los Estudios Cubanos y Cubano-americanos de la Universidad de Miami. Allí hizo el discurso más duro. Tachó de "insoportable escándalo" que la isla caribeña la dirija un dictador, lo que supone un "trágico anacronismo". "Como madrileña, española y amante de Cuba, desde mi inequívoco compromiso con la libertad siempre podrán contar con mi adhesión y apoyo a una Cuba libre y democrática", concluyó Aguirre ante una veintena de cubanos que le ovacionaron.

Última parada: inauguración de la nueva sede de la Cámara de Comercio y de la Institución Ferial de Madrid (Ifema) en el centro financiero de Miami. Se trata de una oficina de unos 400 metros cuadrados situada en un moderno rascacielos. Un cóctel privado en el Ritz puso punto final a la visita.

Aguirre llevó consigo una comitiva de unas 40 personas, entre las que había una veintena de periodistas, incluido uno de EL PAÍS. Todos han volado en primera clase y se han alojado en hoteles de lujo. La ida y vuelta en avión en esta categoría supone un gasto de unos 4.700 euros por persona. A eso hay que añadir los más de 300 euros que cuesta cada noche de habitación hotelera. Ese precio sube hasta los 400 en el caso del alojamiento elegido por la presidenta Aguirre.

"El balance del viaje ha sido muy positivo. Nuestra intención es que suba un 12% el número de turistas norteamericanos que visitan la región. Ahora lo hacen unos 370.000 al año, cada uno de los cuales gasta unos 150 euros cada día de estancia. Son los que más desembolsan", señalan fuentes del Gobierno regional. Éstas no quisieron detallar cuánto dinero ha supuesto para los contribuyentes madrileños este viaje a Miami. "¿Facilitan este dato Zapatero o Simancas en sus viajes?", argumentaron.

Simancas, el líder de la oposición madrileña, viajó la pasada semana también a Estados Unidos para acudir a un seminario sufragado por la Fundación Sistemas, ligada al PSOE. Sólo le acompañaba el vicepresidente del PSM, Antonio Romero. Fuentes socialistas no pusieron el menor reparo a la hora de informar sobre el coste del viaje de ambos dirigentes a Washington y Baltimore (Maryland): 2.500 euros. Ni un céntimo procedía de las arcas públicas.