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Reportaje:

"Otra vez, justos por pecadores"

Los sucesos de Alzira hacen de trampolín para que el racismo se cierna sobre todo el pueblo caló

Ayer sábado, 8 de abril, se celebraba en todo el mundo el día del pueblo gitano, una jornada en que los miembros de esta comunidad transnacional conmemoran la salida de la India de sus antepasados y su dispersión global. La Fundación Secretariado Gitano en Valencia emitía un trabajado comunicado en el que se invitaba a todo aquel que quisiera a acudir a una exposición etnológica y bibliográfica sobre este colectivo. Por circunstancias de actualidad, insistía también en que "un sentimiento de rechazo y horror" palpitaba en el común de los calós cuando pensaba en el asesinato múltiple -cuatro muertes en una familia gitana, causadas por miembros de otra- cometido hace pocos días en Alzira.

Foros y páginas 'web' propagan insultos y mensajes racistas en contra de los gitanos

En principio, podría parecer innecesaria la precisión, ya que un hecho de este tipo, por norma de humanidad, necesariamente impacta negativamente a cualquiera, sea de la etnia que sea. Sin embargo, una nota de prensa de hace unos pocos meses, emitida esta vez por la federación de asociaciones gitanas Unión Romaní, puede ayudar a entender la apreciación. Este comunicado se titulaba "Otra vez, justos por pecadores". Describía cómo un crimen acaecido en Sevilla -un hombre gitano disparaba hasta la muerte a otro que había atropellado accidentalmente a su hija, sin causarle daños- generaba "centenares de correos electrónicos en los que lo menos que se desea es que Hitler vuelva y nos lleve a todos a las cámaras de gas". "Bien sabemos que el crimen de Sevilla, como el atropello de Farruquito, pesarán como dos terribles losas sobre nuestros hombros durante mucho tiempo", sentenciaba la nota de Unión Romaní. Tanto es así que, de manera casi cíclica, el pueblo caló español -unas 650.000 personas- suele padecer este tipo de rechazo siempre que se hacen públicos sucesos cometidos por miembros de esta etnia; a partir de esto, la onda expansiva de los asesinatos de Alzira no ha dejado de notarse.

"En mi trabajo, y en los sitios donde me muevo, casi todo el mundo no deja de decir que la culpa es de la naturaleza de los gitanos", explica Francisco, que no es caló, pero sí tiene relaciones con personas de esta etnia. "Yo les digo que a ellos un hecho así les hace mucho daño; y les comento además que ya hay gitanos con carrera y todo, pero me dicen que esos no lo son, que los gitanos matan y trafican". A su vez, una mujer de esta etnia, totalmente normalizada, ha experimentado cómo, cada vez que hay un suceso de estas características, "no faltan personas que te miran de reojo, que sospechan en una tienda que vas a robar o lo que sea, como si tú formaras parte de algo malo". "No esperan realmente una reacción de mucho peligro, pero sí algo raro", opina.

El sociólogo Tomás Calvo Buezas, especialista en muestras sobre el racismo, ha constatado que, si bien hoy hay más personas tolerantes que en otras épocas, los sentimientos de racismo se muestran de manera más extrema entre quienes los tienen. A esto hay que unir las palabras que la antropóloga Teresa San Román pronunció en un congreso reciente, en las que indicaba que, cada vez más, la sociedad mayoritaria asimila a los calós que no desean que les identifiquen con los marginados, y deja circunscrito el concepto de gitano para "los que quedaron marginados en el camino". Cebándose en eso, justo después de los sucesos de Alzira, en Internet han circulado de manera apabullante todo tipo de insultos contra miembros de esta etnia, sin discriminar entre los que están relacionados o no con cualquier tipo de delito. Se han evocado chistes virtuales en los que se genera un programa de ordenador para gitanos en los que se puede "rajar al payo" y en que el botón start ha sido sustituido por el de robar. Del mismo modo, en sitios web variopintos y hasta en foros de distintos medios de comunicación, de manera metódica, recalcitrante y en cascada, se han prodigado opiniones de usuarios en las que se ha llegado a requerir con urgencia "un buen exterminio para esa gente", en referencia a toda la comunidad gitana. "¡De cuántas armas de fuego parecen disponer esa etnia oprimida, habrá que respetar su cultura y costumbres, como dice la progresía!", dice otra opinión, atacando otro de los blancos comunes estos días: la izquierda, y hasta Zapatero, por sus discursos progresistas. "Siempre he sido de la opinión de que los gitanos tienen un gran parecido genético al humano, deberían utilizarlos para experimentación científica", escribía otro, sin saber, realmente, que ya se les utilizó para eso mismo durante el régimen nazi.

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