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La última gran escapada hacia el esquí

La llegada del sol de primavera ha puesto en un aprieto a las estaciones de esquí ante la última gran escapada de la temporada hacia las pistas. "Esta semana se han parado las reservas para esquiar debido al sol veraniego de abril. Los esquiadores, saturados por el largo invierno, no saben qué hacer: si elegir mar o montaña", recalca un portavoz de Boí Taüll. El buen tiempo no afectará a las estaciones de esquí, cuyo volumen de negocio, hasta la fecha, supera en un 10% el de hace dos años, una temporada en que los centros invernales catalanes batieron el récord de forfaits vendidos (2.450.000). Pese a la competencia de la playa, los gestores de la nieve auguran en el Pirineo una buena ocupación, que en algunas zonas llegarán al 75%. La mejor tajada se la llevará el Pirineo occidental. El Patronato de Turismo de Lleida espera que esta Semana Santa visiten sus comarcas unos 100.000 turistas, lo que supondrá 250.000 pernoctaciones y un impacto económico de unos 30 millones de euros.

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El patronato calcula que desde ayer y hasta el 17 de abril el número de servicios de deportes practicados en la naturaleza se situará en unos 20.000 y que se venderán más de 100.000 forfaits en Baqueira, Boí Taüll, Espot y Port Ainé. Tavascan ha cerrado sus pistas de esquí alpino y mantiene abiertas las de nórdico. Asimismo, se prevé una ocupación hotelera de entre el 80% y el 90% en el Pirineo, y de cerca del 95% en las casas rurales, en los días punta.

Las casi 50 empresas de deportes de aventura en Lleida prevén que aumente la demanda con los últimos días del esquí y el notable caudal que llevena los ríos Noguera Ribagorçana, Noguera Pallaressa, Garona y Segre, idóneos para la práctica de las modalidades deportivas acuáticas.

La temporada de esquí finalizará el 23 de abril con unos resultados que se auguran excelentes por el frío y largo invierno de cuatro meses. "Superaremos las cifras del pasado año y algunos centros batirán récords", advierte Joaquim Alsina, director de la Asociación Catalana de Esquí y de Montaña. Reacias a dar cifras, fuentes del sector indican que el volumen de negocio será de entre el 10% y el 15% superior al del año pasado.

Baqueira Beret, una vez más, lidera el negocio de la nieve gracias al microclima del valle de Aran, de orientación atlántica. Pese a no prever una Semana Santa mejor que la pasada, el centro mantiene unos grosores de nieve notables y confía en superar los 785.000 visitantes de las mismas fechas de 2005. En la última semana estrella del esquí, Baqueira Beret prevé una ocupación del 75% a pie de pistas, y en el valle oscilará entre el 60% y el 65%.

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Las pistas del Pirineo oriental afrontan esta última semana de la temporada con optimismo. Maite Martí, portavoz de Masella, señala que la temporada ha registrado un aumento de entre el 5% y el 10%. El centro de la Cerdanya calcula que la ocupación de esta semana será del 80%. Las mismas cifras se prevén para La Molina y Andorra.

Protegerse del sol en la nieve

El Servicio Meteorológico prevé una Semana Santa con sol y temperaturas con tendencia al alta. Pese a estos augurios de buen tiempo, los visitantes que opten por la alta montaña deberán tener en cuenta las bajas temperaturas en las cotas altas y no descartar la vestimenta de invierno. La nieve, con importantes grosores, que oscilan entre 20 y 70 centímetros, seguirá siendo la protagonista a partir de los 1.800 metros. Si bien se prevé sol y buen tiempo, los esquiadores y practicantes de los deportes de aventura deberán tener en cuenta los cambios bruscos de temperatura, especialmente durante la noche.

Otro aspecto que no hay que subestimar en alta montaña es la exposición solar. Los rayos solares son ahora más intensos que a principio de la temporada. Lejos de los dictados de la moda, se recomienda ir provisto de unas buenas gafas de sol o máscaras especiales para la nieve. A 2.000 metros, el sol es el 33% más activo que a nivel del mar, por lo que no hay que olvidar el uso de una crema solar con un índice alto de protección.

Finalmente, es necesario prestar especial atención al riesgo de aludes moderado en alta montaña, de nivel 2 en una escala de riesgo de 0 a 5.

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