La agenda de Ian Paisley
El bloqueo de las instituciones surgidas de los Acuerdos de Paz de Viernes Santo de 1998 es consecuencia de las resistencias de los unionistas a compartir gobierno con los republicanos del Sinn Fein pero también de las servidumbres mismas del acuerdo, que exige el apoyo en el Parlamento de la mayoría de las dos comunidades, la unionista (protestantes probritánicos) y la nacionalista (católicos proirlandeses), para formar el Ejecutivo.
La Asamblea de Stormont, el Parlamento autónomo de Irlanda del Norte, está formada por 108 diputados que se han de inscribir como nacionalistas, unionistas o neutrales. La Cámara elige a un ministro principal o jefe de Gobierno que debe tener el apoyo de la mayoría de los diputados de cada una de las dos comunidades presentes en la votación. Su adjunto ha de representar a la otra comunidad. Las carteras del Ejecutivo se adjudican aplicando la ley d'Hondt al conjunto de miembros de la Asamblea.
En la práctica, y por razones demográficas -la población protestante unionista es algo más numerosa que la población nacionalista católica-, eso significa que el ministro principal es del primer partido unionista, el viceministro procede del principal partido nacionalista y el conjunto del Gobierno representa de manera proporcional a toda la Cámara.
Ese esquema funcionó bien al constituirse en 1999 la primera Asamblea de Stormont tras los acuerdos de paz de 1998. Era un momento de esperanza, si no de euforia, y entonces el escenario político estaba dominado por los moderados y el cargo de ministro principal recayó en el entonces líder del Partido de los Unionistas del Ulster (UUP), David Trimble, y el de adjunto en Mark Durham, líder del Partido Socialdemócrata y Laborista (SDLP) que hasta hacía poco había liderado el carismático de John Hume. El Sinn Fein ocupó dos carteras ministeriales y el DUP del radical Ian Paisley, otras dos, a pesar de que su partido no suscribió los Acuerdos.
Escenario radicalizado
Pero el escenario político se ha ido radicalizando constantemente desde entonces, debido sobre todo a la lentitud con que se ha desarmado el IRA, que ha ido ampliando el desencanto de los protestantes con el proceso de paz. Las armas tenían que estar destruidas en dos años, pero el decomiso final tardó más de seis. La opinión pública protestante se ha ido desencantando con el proceso de paz y abandonando al moderado Trimble en beneficio del fanático Paisley.
El pastor, líder del que ahora es principal partido unionista, tiene la llave para formar Ejecutivo. Pero Paisley, que sabe que le queda poca vida, no parece tentado a morir siendo ministro principal de Irlanda del Norte si eso significa aceptar al Sinn Fein como socio. El IRA renunció a la lucha armada y destruyó sus arsenales en septiembre, pero nada parece suficiente para que Paisley les otorgue su bendición a los republicanos. El problema es que para él, lo único importante era acabar con el IRA. La reconciliación entre católicos y protestantes nunca ha sido una prioridad en su agenda política y vital.
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