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Una antología resalta el valor del teatro de género chico

El profesor gaditano Alberto Romero quería restituir la memoria del llamado género chico, el teatro corto y musical que triunfó en España entre el siglo XIX y principios del XX. Se enfrentó a una difícil tarea. Ante sí tuvo 10.000 libretos que le permitieron rescatar obras clave, algunas hoy todavía recordadas, que, según asegura, se destacaban por su calidad literaria, sus enormes bazas estéticas y su capacidad para influir en obras de grandes autores como el escritor Ramón del Valle-Inclán o el músico Manuel de Falla. El resultado de su trabajo ya está publicado bajo el título Antología del género chico, de Ediciones Cátedra.

"Era considerado una literatura menor, un teatro de segundo orden, un género que, al incluir música, se quedó en tierra de nadie", destaca Romero. Seleccionó las obras más representativas y populares: El baile de Luis Alonso, Gigantes y cabezudos, La Revoltosa, Cuadros al fresco, La Gran Vía, Agua, azucarillos y aguardiente y La verbena de la Paloma.

"Fue un teatro muy popular, como ahora lo serían las series de televisión. Sus autores eran valorados", dice Romero. Entre ellos estaban Miguel Echegaray o Javier de Burgos, reconocidos en su época como dramaturgos. En la antología, el profesor gaditano ha elegido distintos géneros "para dar muestra de la variedad y riqueza".

Público más plural

En la introducción del libro, Romero ahonda en las claves de la renovación. Entre 1870 y 1910 se instauró lo que se dio a conocer como teatro por horas, una nueva forma de producción teatral de la época dirigida a abaratar el coste de la entrada al espectáculo. Este nuevo sistema obligaba a producir muchas obras, con y sin música, dirigidas a un público mucho más diverso y plural.

El profesor gaditano se interesó por "restituir" la memoria de este teatro porque "a pesar de su importancia, no existen en el mercado ediciones asequibles para el gran público ni tampoco para los universitarios que quieran abordar este género". Un teatro que se dedicó, como posteriormente haría el cine, a promocionar las referencias andaluzas como un símbolo de toda España.

El próximo trabajo de Romero buscará analizar la influencia que este teatro tuvo en Valle-Inclán y Falla. "Hay mucho de esperpento. Esas bazas estéticas calaron", explica Romero. El profesor llega a citar a Nietzsche, quien escribió sobre la satisfacción que le habían producido los teatros de Madrid donde había visto algunos estrenos.

El filósofo alemán llegó a escribir: "Un terceto de tres solemnes gigantescos canallas es lo más fuerte que he oído y visto, incluso como música: genial, imposible de clasificar". Una reivindicación a la que Alberto Romero da actualidad en su última publicación.

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