Del Rosal dice que sus consejos sobre urbanismo podrían haber impedido "cosas que están pasando"
El Síndic de Greuges aboga por poner "coto" a los casos de corrupción
El Síndic de Greuges, Bernardo del Rosal, afirmó ayer que si la Administración hubiera cumplido las recomendaciones referentes al urbanismo valenciano que ha plasmado en sus informes, "a lo mejor no estarían pasando algunas cosas que están pasando", en referencia, entre otros, al caso Orihuela. Del Rosal, que entregó ayer en las Cortes el que será su último informe, pues acaba su mandato el 9 de abril, reiteró su "disponibilidad" para continuar en el cargo, pero dijo que nadie le ha ofrecido seguir y consideró una "descortesía" que el PP haya lanzado el nombre de su posible sustituto antes de hora. "Déjenme que termine antes de enterrarme", declaró el Síndic, que aseguró que en estos cinco años no ha recibido presiones.
Bernardo del Rosal deja el cargo de Síndic de Greuges con la satisfacción de haber dado un importante impulso a la institución, que en los últimos cinco años ha multiplicado su trabajo: tanto en lo referente al número de quejas presentadas por los ciudadanos (2.033 en el año 2005) y al porcentaje de estas que finalmente fueron admitidas y desembocaron en una resolución (73% el año pasado), como, sobre todo, a las iniciadas de oficio por la Sindicatura (80 en 2005) y, en general, a las iniciativas que se han saldado con un resultado favorable para los ciudadanos. El Síndic indicó que "un año más", las quejas en torno al urbanismo y la vivienda fueron las más numerosas (el 19% el año pasado y un 23% en lo que va de 2006), seguidas por las referidas a la Administración local (16%) y las relacionadas con el medio ambiente (14%).
En 2005 también aumentó, -hasta 31, frente a 21 en 2004- el número de administraciones públicas que la Sindicatura considera "hostiles": aquellas que no contestan a los requerimientos o resoluciones de la institución o que lo hacen a destiempo o bien de forma injustificada. Son las consejerías de Sanidad, de Justicia y Administraciones Públicas, de Cultura y Educación, y de Bienestar Social. Las dos primeras son declaradas hostiles en una ocasión y las otras dos figuran con tres nominaciones cada una. También aparecen como hostiles 26 Ayuntamientos, algunos igualmente con nominación múltiple, como Alboraia y La Vila Joiosa (tres cada uno), o los de Alicante y Llíria, con dos.
Tras entregar su informe del año 2005 a Julio de España, presidente de las Cortes Valencianas, de las que depende la Sindicatura, Bernardo del Rosal compareció en conferencia de prensa para hacer balance de sus cinco años como Síndic. "La institución ha alcanzado la velocidad de crucero", dijo Del Rosal, quien destacó la eficacia del personal, puesto que pese a que el trabajo se ha doblado, el tiempo de respuesta se ha reducido a la mitad. Aseguró que la "salud" de la institución "es buena" y que ahora goza de más confianza por parte de los ciudadanos.
Al ser preguntado por el urbanismo, que destaca cada año como uno de los principales motivos de queja de los ciudadanos, Del Rosal aseguró que en este tipo de "cuestiones polémicas" se "reafirmaría" en las recomendaciones que ha plasmado a lo largo de estos años -como las referidas a la necesidad de mayor "transparencia", a la "exigencia" de que la contratación sea pública y a que se respeten los derechos de los ciudadanos- y añadió: "A lo mejor, si se hubieran cumplido [sus recomendaciones], no estarían pasando algunas de las cosas que están pasando". Era una clara referencia a las polémicas surgidas en muchos pueblos valencianos por la proliferación de Planes de Actuación Integrada (PAI). En este punto, el Síndic afirmó que la "responsabilidad primordial" en los conflictos urbanísticos que denuncian los ciudadanos es de los Ayuntamientos. Y añadió que algunos municipios que ahora mismo están "en el candelero" precisamente por cuestiones de esta índole son los que "menos respeto" han mostrado por las resoluciones de la Sindicatura. Era una clara referencia a casos como el de Orihuela -un Ayuntamiento que ha aparecido como hostil en los últimos años- o el de Torrevieja, pero que Del Rosal no quiso explicitar.
Al ser preguntado por los casos de corrupción política, el Síndic indicó que es algo que le "desagrada profundamente" como ciudadano y abogó por ponerles "coto". Porque "todo esto lo acaban pagando los bolsillos de los ciudadanos, que nada tienen que ver con todo ello", porque se traduce en "sobrecostes, deudas millonarias o agujeros financieros", según Del Rosal.
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