'La rubia' transmutada
La concejal que fue 'azote' de Gil, inculpada ahora de corrupción
La luna de miel de Isabel García Marcos (51 años) no tuvo lo que se dice un final feliz. Pasada la media noche del jueves 30, cuando el avión que la traía de París aterrizó en el aeropuerto de Málaga, un agente de policía se la llevó detenida. Para muchos fue una gran sorpresa, sobre todo si se mira el currículum de una veterana política que durante muchos años pasó por ser el azote de Gil, una auténtica cruzada en una labor algo inútil como era en los primeros años 90 la oposición al alcalde de Marbella, del que no recibió más que desconsideración, insultos y humillaciones; y también un apodo: la rubia.
Claro que hay quien no considera tan sorprendente que haya podido acabar haciendo los mismos usos del poder que tanto combatió. Y es que en Marbella se ha llegado a un punto en el que ya nadie pone la mano en el fuego por nadie. Quienes sospechan de ella siguen sin explicarse la sorprendente pirueta política con la que en agosto de 2003 arruinó buena parte del aprecio y el reconocimiento público que tenía mientras fue portavoz del PSOE. Pero de la noche a la mañana, casi sin más explicaciones, se convirtió en la aliada de su peor enemigo al firmar la moción de censura con Marisol Yagüe, otros siete concejales gilistas y tres del PA que derrocó a Julián Muñoz.
Aquella operación fue urdida por Juan Antonio Roca, el cerebro de la trama de corrupción y ahora en prisión y autorizada por Jesús Gil, el todopoderoso ex alcalde al que precisamente García Marcos había conseguido retirar de la política, porque suya fue la denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción por el desvío de dinero de las arcas municipales al Atlético de Madrid que supuso que Gil fuera inhabilitado por los tribunales.
Médico de profesión y con una hija de su primer matrimonio, García Marcos fue cuatro veces candidata del PSOE a la alcaldía, a pesar de perder las primarias de 1999, en las que denunció que militantes del GIL votaron a favor de su oponente y vencedor. Ya la última vez (2003), algunos dirigentes socialistas quisieron relevarla. Desconfiaban de la fundación que creó para impulsar su candidatura que recibió donaciones de las que nunca rindió cuentas.
"Se ha acabado el espectáculo y ahora llega la democracia a Marbella", dijo el día que Yagüe fue investida alcaldesa y ella su segunda. De confirmarse las imputaciones por las que el juez la ha enviado a prisión, más bien parece que García Marcos ha acabado por tener su propio papel en el espectáculo de los escándalos que es el ayuntamiento marbellí.
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