El Gobierno invoca la autonomía del fiscal ante la queja de Rajoy

"El Gobierno se enteró de la decisión del juez sobre Otegi, de lo que había pasado en esa comparecencia y de la posición del fiscal, al mismo tiempo que el resto de los ciudadanos". Así respondió la vicepresidenta Teresa Fernández de la Vega a la acusación formulada la víspera por el líder del PP, Mariano Rajoy, quien dijo que el presidente Zapatero faltó a su compromiso de informarle puntualmente sobre el proceso de paz al no anticiparle que el fiscal no iba a pedir prisión incondicional para el líder de Batasuna.

Fernández de la Vega quiso aclarar con esa expresión, para evitar "confusiones", cuáles son los niveles de colaboración prometidos por el presidente del Gobierno al líder del PP en su encuentro del martes pasado en La Moncloa. La vicepresidenta aludió primero a la "política criminal" del país, que dirige el Gobierno. En el marco de esta política, dijo, el Ejecutivo da instrucciones a las Fuerzas de Seguridad del Estado y, en supuestos concretos, a la Fiscalía General, respetando "el principio de autonomía" del Ministerio Fiscal.

De la Vega añadió que en la resolución judicial sobre el líder de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, tanto la fiscalía como el juez actuaron de manera autónoma, al margen del Gobierno, y, por tanto, a Zapatero no le correspondía informar al líder de la oposición de algo sobre lo que no tenía competencia.

Resaltó, sin embargo, cómo allí dónde el Gobierno sí tiene competencia, como es la convocatoria de la comisión de seguimiento del Pacto Antiterrorista, Zapatero ha decidido satisfacer la petición del líder del PP.

Rajoy se mostró ayer de acuerdo en una cosa con Zapatero: consideró "una buena decisión" el anuncio de que el presidente del Gobierno convocará el Pacto Antiterrorista antes de comparecer en el Congreso para hablar del futuro de Euskadi. El líder del PP pronunció en Roma un discurso ante los delegados del Partido Popular Europeo en el que acusó al PSOE de empeñarse en destruir la Constitución, y a la izquierda en general, de imponer "el relativismo moral, en el que todo tiene un precio y en el que el fin justifica los medios".

El Partido Popular Europeo, que engloba a casi todas las formaciones conservadoras y democristianas del continente, celebra en la capital italiana uno de sus congresos trienales. Rajoy subió a la tribuna para criticar a la izquierda, que según él había sido ideológicamente derrotada pero no se había enterado todavía, y para indicar que la UE sólo ganaría legitimidad ante los ciudadanos "por la vía del incremento del bienestar". Para conseguirlo propuso reducciones de impuestos, privatizaciones y grandes inversiones en investigación e infraestructuras.

El PPE aprobó la semana pasada una resolución en la que establecía que no era "aceptable pagar ningún precio político para lograr que los terroristas cesen su acción violenta". Rajoy se apoyó en ella para exigir de nuevo a Zapatero que no ofrezca contrapartidas a ETA. "El presidente del Gobierno me dijo durante nuestra entrevista que no ofrecería nada a los etarras, y yo tengo que creerle", declaró en un encuentro con periodistas. "Sólo el tiempo dirá si Zapatero cumple su palabra", agregó, "pero en todo cuanto sea acabar con ETA por la vía de la ley, estaré con el Gobierno".