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La reforma del Estatut d'Autonomia

El Estatut abre una nueva etapa política

Todos los grupos parlamentarios se comprometen a trabajar en el desarrollo del autogobierno

Las Cortes Valencianas abrieron ayer una nueva etapa política. Con 82 votos a favor (los de los 47 populares y los 35 socialistas) y siete en contra (seis de Esquerra Unida-L'Entesa y el del diputado tránsfuga del PP) el pleno de la Cámara puso punto final a una larga tramitación parlamentaria iniciada hace más de un año y alumbró un nuevo Estatut d'Autonomía que entrará en vigor en los próximos días, una vez sea sancionado por el Rey y publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

El nuevo Estatut, el primero que consigue ser aprobado en las Cortes Generales con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno, no logró en su recta final aumentar el consenso alcanzado entre las dos fuerzas mayoritarias. Sin embargo, sí logró el compromiso unánime de todos los grupos para trabajar en el desarrollo del nuevo Estatut y hacer efectivas las mayores cotas de autogobierno de los valencianos.

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En un pleno trufado de gestos, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, renunció a tomar la palabra -"Esta es una iniciativa de las Cortes, no del Gobierno valenciano", ha dicho hasta la saciedad- y le cedió el protagonismo a su portavoz, Serafín Castellano. "Este es el Estatut de todos, no es del PP o del PSPV", aseguró Castellano, que se esforzó por evitar las aristas e insistir en que el nuevo marco de autogobierno tiene como razón fundamental integrar a todos los valencianos. "La reforma no es un punto de llegada, sino una partida para mejorar el futuro de los valencianos", sentenció ante un presidente de la Generalitat visiblemente satisfecho por ver a todo su grupo cohesionado en una votación "histórica" que bien le justifica ya la legislatura. Y ello, pese a saber que algunos diputados populares -cada vez menos- votaron apretando los dientes y sin motivo para celebración alguna.

El secretario general de los socialistas valencianos, Joan Ignasi Pla, ante la ausencia de Camps optó por ocupar el vacío. El líder del PSPV, arropado por miembros del Gobierno, parlamentarios estatales y un nutrido número de alcaldes y concejales -el PP, en cambio, no envió a nadie desde Madrid-, eligió el tono de quienes hablan para los historiadores: "Estamos en el inicio de una nueva era política. Sin caer en falsos triunfalismos sabemos que hemos dado un paso importante hacia el futuro", afirmó Pla. "Esta reforma, además de abrir puertas para que en España deje de haber autonomías de primera y de segunda, permite superar algunas frustraciones desde que el Estatut de 1982 no atendió las demandas estatutarias de nuestro pueblo", recalcó el líder socialista, que en este contexto citó frustraciones más lejanas, en concreto la del nonato Estatut durante la II República. Un nuevo Estatut que "da más competencias, aumenta la responsabilidad de la Generalitat y da más derechos y libertades a los ciudadanos", en palabras de Pla, que vio cómo su intervención era recibida por una unánime ovación de los diputados de su grupo, puestos en pie, y también los aplausos de los diputados populares, incluido el presidente Francisco Camps y los integrantes del Consell.

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El portavoz de Esquerra Unida-L'Entesa, Joan Ribó, también se mostró consciente de la nueva etapa política que se avecina. Ribó utilizó su turno de explicación de voto para desgranar dos argumentos: las razones de EU para votar en contra del nuevo Estatut y, pese a ello, su voluntad de trabajar "como los primeros" en su desarrollo. Ribó, que había defendido con convicción todas las enmiendas presentadas por su grupo, reiteró sus críticas a un texto que cuenta con muchas aportaciones suyas pero que finalmente no es el que quería y que "ha cambiado a peor" en comparación con el vigente desde 1982. Las reiteradas referencias al "idioma" valenciano y la negativa a rebajar el listón electoral han sido, finalmente, los motivos por los que EU no ha modificado su voto negativo por la abstención. Todo ello no le impidió a Ribó concluir con una declaración de principios: es un Estatut aprobado democráticamente y por lo tanto lo hace suyo. Y con un compromiso: "Contarán con nosotros en el desarrollo de este Estatut", dijo Ribó.

Precisamente, ese es el trabajo que a partir de ahora afrontarán las Cortes Valencianas. El texto aprobado ayer obligará a elaborar 14 nuevas leyes, a modificar otras dos y a cambiar también el Reglamento de la Cámara y supondrá la creación de cinco nuevos organismos.

Sin duda, una de las negociaciones más complicadas será la de la Ley Electoral, que tiene necesariamente que cambiar porque el nuevo Estatuto modifica el número de diputados de las Cortes. Los populares sólo quieren una modificación puntual de esa ley, limitada al número de parlamentarios, pero los socialistas quieren aprovechar para cambiar la barrera electoral, que ha sido eliminada en el Estatut pero que en la Ley Electoral permanece en el 5%. Los socialistas quieren el 3%.

Serafín Castellano, Francisco Camps, Joan Ignasi Pla y Antoni Such, ayer, tras la aprobación del Estatut en las Cortes Valencianas.
Serafín Castellano, Francisco Camps, Joan Ignasi Pla y Antoni Such, ayer, tras la aprobación del Estatut en las Cortes Valencianas.SANTIAGO CARREGUÍ

Silentes y ausentes

Camps tiene la mitad de su sueño hecho. Que le recuerden como presidente de la Generalitat por impulsar la reforma del Estatut. La otra mitad es más personal y está en la familia. No en vano soñó en voz alta en la campaña electoral de 2003 con que un día un nieto le reconociese su papel de jefe del Consell. Quizá por eso ayer se mantuvo disciplinado y asistió a la recta final de la aprobación del Estatut sin intervenir. Camps, consciente de la incomodidad de la dirección nacional del PP por una reforma que debilita la negativa a cualquier reforma estatutaria, se limitó a expresar su satisfacción ante los micrófonos en los pasillos de las Cortes. "En estos momentos la Comunidad Valenciana tiene el Estatuto más ambicioso, con más nivel de autogobierno, de competencias y además con disposiciones políticas que recogen toda la tradición histórica", dijo Camps, sin que ningún miembro de la dirección nacional del PP lo pudiese ver.

La ausencia de los miembros de la dirección nacional del PP se justificó por la convocatoria de una Junta Directiva para preparar la reunión de Rajoy con Zapatero a raíz del alto el fuego de ETA. Un justificante que le valió también al ex presidente Eduardo Zaplana, pese a que hace tiempo ya que nadie le espera cuando se trata de eventos relacionados con el nuevo Estatut. Los zaplanistas con carrera política en tierras valencianas sí hicieron acto de presencia.

Los otros dos ex presidentes de la Generalitat, el socialista Joan Lerma y el popular José Luis Olivas, sí estuvieron en su papel institucional. Como en el suyo estuvo el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, satisfecho porque el Estatut, "por primera vez, va a marcar el camino al resto de autonomías".

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