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Reportaje:

"Pensaba que nos llevaban a Madrid"

Llega a Mauritania el primer grupo de subsaharianos devueltos desde Canarias

"Esta mañana, cuando los policías españoles nos metieron en el avión, pensamos que nos llevaban a Madrid. Sólo cuando aterrizamos nos dimos cuenta de que estábamos otra vez en Nuadibú". Sidi Diallo habla a través de un pequeño ventanuco practicado en la chapa de la furgoneta en la que se halla encerrado junto a otros 25 inmigrantes. Todos forman parte del primer grupo de 50 subsaharianos (15 senegaleses y 35 malienses) que las autoridades españolas devolvieron ayer desde Canarias a Mauritania.

El avión de Air Europa que trasladaba a los subsaharianos aterrizó en el aeropuerto de Nuadibú a las 14.05 hora local. Dos horas y media antes había tomado tierra un Hércules de las Fuerzas Armadas cargado de ayuda humanitaria para que Cruz Roja y Media Luna Roja la distribuyeran entre ellos. Pero no les fue posible hacerlo.

La policía había desalojado (a empellones en algún caso) a los periodistas que se habían concentrado en los alrededores del aeródromo. "Orden del wali [gobernador]", dijeron. Fue el primer síntoma de que había terminado la política de transparencia practicada hasta ahora por el Gobierno mauritano.

De uno en uno, los inmigrantes comenzaron a descender del avión a las 14.35. Fueron formados en la pista bajo un sol que levantaba ampollas e introducidos en dos viejísimas furgonetas azules. Los vehículos tenían la chapa abollada y las luces de posición rotas. La policía atrancó desde fuera los portones traseros con barras de hierro oxidadas.

Precedido por un todoterreno de las fuerzas del orden, el convoy no se dirigió hacia el flamante centro de acogida levantado hace dos días por un destacamento del Ejército español. Sorprendentemente, enfiló el camino hacia la comisaría de un suburbio llamado L'awaïnna. Allí permanecía detenido otro grupo de inmigrantes que fue sorprendido hace pocos días cuando intentaba zarpar hacia Canarias, y que también fue obligado a subir a las atestadas furgonetas.

La breve parada fue aprovechada por miembros de la Media Luna Roja para entregar a los subsaharianos algunas botellas de agua y bocadillos. Fue en ese momento cuando los periodistas pudieron hablar brevemente con algunos de ellos a través de los ventanucos practicados en la chapa de los vehículos.

Aliun Cherno Diop habla desde la oscuridad del interior de la furgoneta. Apenas es posible distinguir su cabello recogido en pequeñas trenzas. Cuenta que salió de Senegal hace 66 días, y que tardó 40 en llegar a Nuadibú, donde embarcó en una lancha rumbo a Gran Canaria. La travesía duró una semana. Frente a las costas del sur de la isla, su barca fue interceptada por una patrullera de la Guardia Civil. En Canarias permaneció internado durante 26 días. "Los españoles nos dieron buena comida y buen trato. Pero lo que nosotros queríamos era llegar a Madrid". Aliun reconoce que en este viaje ha gastado "mucho dinero". A la pregunta de si volverá a intentar la aventura, responde con una sonrisa triste: "No volveré a intentarlo. Es un viaje demasiado duro".

Media hora más tarde, el convoy arrancó de nuevo, en dirección a Nuakchot, 470 kilómetros al sur. Allí, supuestamente, se dividirá: los senegaleses serán trasladados 200 kilómetros hasta Rosso, donde serán entregados a las autoridades de su país. Los malienses tienen por delante un viaje de dos días, hasta la frontera con Malí.

No obstante, la información sobre el destino de los subsaharianos no ha podido ser confirmada oficialmente. El director de la Media Luna Roja mauritana, Ahmedu Haya, a quien las autoridades habían garantizado que podría atender a los inmigrantes, se mostraba desconcertado a la puerta de la comisaría de L'awaïnna: "Las autoridades no nos han informado de lo que están haciendo. Ahora mismo, sólo sabemos que llevan a los inmigrantes a Nuakchot", declaró.

Uno de los subsaharianos trasladados ayer desde Canarias, tras su llegada a Nuadibú.
Uno de los subsaharianos trasladados ayer desde Canarias, tras su llegada a Nuadibú.ULY MARTÍN

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