Memorial de agravios

Oportunismo

Nuestra comunidad es la más pujante del mundo, envidia de las más próximas geográficamente, y todo iría mucho mejor todavía si los puñeteros catalanes y el gobierno socialista de Madrid no se empeñaran en hacernos polvo mientras nos niegan hasta el agua. Semejante discurso es contradictorio, pero no importa si Camps y los suyos consiguen que el mensaje penetre entre sus seguidores, ya que cualquier deficiencia de gestión puede desplazarse hacia la enemiga de esas comunidades que, además de envidiarnos, tratan de cerrarnos el paso. Pero a veces la seriedad de los propósitos y la responsabilidad hacia el electorado se miden por asuntos de apariencia más insignificante. Como, por ejemplo, que no se haya cesado de manera fulminante al listillo que tuvo la idea de incluir en el manto de la Virgen floreada en la Ofrenda fallera los anagramas de la visita del Papa y de la Copa del América en comunión. Oportunismo trino y uno.

Botelloneros

Supongo que son decenas de miles los jóvenes españoles que no disponen de dinero para consumir alcohol en los lugares destinados para ello pero sí de la posibilidad de completar el recorrido festero que alegra el territorio español en casi cada uno de los fines de semana del año. Botellón o macrobotellón, para qué fundir los móviles con SMS de urgencia cuando se puede empezar tan ricamente en las Fallas para ponerse ciegos, saltar después a la Feria de Sevilla, empalmar con el Rocío, continuar con Semana Santa y así hasta los Sanfermines. En Valencia, se ha visto días pasados, el índice de incivilidad alcanza maneras cada vez más insoportables, por lo común gracias a pandillas de jóvenes que confunden la diversión propia con el engorro del incordio general. Por lo demás, se prohíbe la ingesta de alcohol en las calles, salvo en fechas señaladas, tan abundantes, mientras que el tabaco se proscribe en interiores. Y con parecida ineficacia.

A lo mejor

Igual todo esto tiene que ver con algunos datos que proporcionaba Joaquín Prieto en las páginas de Investigación y Análisis de este periódico. Sólo el 3% de los ciudadanos se reconoce miembro de alguna organización política, frente al 14 % que forma parte de clubes deportivos y el 10 % que participa en asociaciones culturales, según cifras de 2005. No es como para tirar cohetes. Si además "la política" apenas interesa a tres de cada diez personas, mientras que el 73 % considera que sin partidos no hay democracia, la cosa ya huele un poco chamusquina. ¿Ese último dato tendría que ver con que el 94 % de los españoles que nunca se ha dirigido al diputado de su provincia ni del partido al que votó? Y esto ¿se vincularía de algún modo con la apetencia de una participación directa en actividades "lúdicas" de resultado inmediato? Etcétera.

El desencanto

El lector podría pensar que en el mismo momento de disparar la foto que ilustra este artículo se ha sabido la noticia de que ETA ha cometido un tremendo atentado, tal es la tristeza profunda que abruma a sus dos protagonistas. Pero no, se trata precisamente de algo que bien podría ser todo lo contrario, a saber, se trata del instante en que se conoce en el pleno del Congreso de los Diputados el comunicado de la banda terrorista anunciando un alto el fuego permanente. Zaplana aparece con la mirada perdida, en una expresión oscilante entre el "pues sí que la hemos hecho buena" y la pregunta "¿qué va a ser ahora de nosotros?", mientras que Acebes, quien tampoco fija mucho la mirada, pierde en ese instante la reciedumbre feroz de su mandíbula en nombre de un nervioso mordisqueo de uñas, preludio de la comprensión definitiva de quien no puede ya esperar nada bueno. No tan bueno como antes, cuando, feroz, tildaba de miserables a los que dudaran de la autoría de ETA en la masacre del 11-M.

La basura

Quien nos iba a decir que con la basura, que a fin de cuentas la proporcionamos casi gratis, se pudieran comprar ayuntamientos, y la misma extrañeza cabe argüir respecto de que el antaño pacífico y casi paradisíaco sur de Alicante se haya convertido en pocos años en uno de los mayores basureros de nuestra comunidad, salvando el escollo nada despreciable de las hazañas de Carlos Fabra en la frontera norte. Capone era un aprendiz que liquidaba a los traidores a estacazos al lado de estos manitas en los más sofisticados artilugios de grabación, así que ningún empresario o afines puede asistir a una cena tranquilamente sin limpiar la zona antes con un barrido de frecuencias. Lo que habría que limpiar es otra cosa, eso está claro, y no estaría de más empezar con la tregua de una moratoria urbanística en toda la comunidad, a ver si mientras tanto llueve en serio y escampa algo tanta mierda en suspensión como nos asfixia.