Las haciendas se plantean sustituir el crédito fiscal a la compra de vivienda en el IRPF
Las diputaciones ultiman una reforma tributaria tras la anunciada por el Gobierno central
Las haciendas vascas preparan ya la reforma del Impuesto de la Renta de la Personas Físicas (IRPF). En 1998, el entonces vicelehendakari, Juan José Ibarretxe, impulsó el actual impuesto, que previsiblemente ya no estará en vigor en enero del próximo año. Las declaraciones de la renta de 2007, que se realizarán en 2008, introducirán una reducción en el tipo marginal, actualmente en el 48%, frente al 43% anunciado por el Gobierno central. Las haciendas se plantean también un cambio en la desgravación por primera vivienda, dada la complejidad del actual sistema.
El Consejo de Ministros aprobó el pasado día 10 la reforma del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas. Las diputaciones forales, que se sientan con el Gobierno vasco en el Órgano de Coordinación Tributaria, han comenzado a estudiar su propia reforma fiscal, que afectará tanto al IRPF como al Impuesto de Sociedades.
Aunque oficialmente se reitera que no se hace seguidismo de las reformas que emprende la Administración del Estado para territorio común, la realidad es que los responsables forales de hacienda reconocen que un cambio global en los impuestos obliga, pese a la plena capacidad normativa vasca, a plantear también cambios.
La desgravación por la vivienda habitual se convirtió en uno de los elementos claves del debate previo a la propuesta de reforma en territorio común y ahora puede serlo en Euskadi. Los sistemas de deducción en ambos son distintos. En el proyecto de reforma aprobado por el Gobierno socialista se ha mantenido finalmente el sistema básico, donde se establece una deducción del 15% de las cantidades destinadas a la compra de vivienda, con una aportación máxima anual de 9.015 euros.
En el País Vasco se ideó en 1998 un sistema que sobre el papel es más progresivo. Se estableció un límite de deducción de por vida, con un crédito fiscal de 30 millones de pesetas (180.303 euros). Esta cantidad solamente se puede utilizar para la vivienda habitual. Si uno adquiere una más barata puede utilizar lo que le resta de crédito para el caso de que cambie a otra de precio superior. Por otro lado, el dinero que se destine a comprar vivienda por encima del crédito fiscal no puede deducirse.
Cambio de sistema
Las críticas a este sistema llegaron por la subida del precio de las viviendas, que hizo insuficientes los 30 millones del crédito que se puede ir deduciendo anualmente, y por su difícil gestión fiscal. La deducción se aplica a la unidad familiar y es similar para todas, al margen de sus recursos por debajo del tope fijado. El problema práctico que se han encontrado las haciendas en su gestión es que hay que controlar año a año y de por vida las cantidades que se gastan. Además, las rupturas de las unidades familiares duplican las dificultades.
Ante esta situación -y pese a sostener que sobre el papel el sistema foral es más progresivo y favorece menos a los que tienen rentas más altas- se baraja ir hacia un sistema similar al que se aplica en territorio común. En cualquier caso, si ya se estableció en la normativa de 1998 un sistema transitorio para los que habían adquirido vivienda no salieron perjudicados, se estima que ahora habrá que perfilar también un sistema de transición.
Además de la vivienda, una rebaja que es imprescindible abordar es el tipo marginal superior, el que afecta a los contribuyentes con rentas más elevadas. El tipo está en el 48% frente al 43% aprobado en territorio común. Fuentes de las haciendas estiman que es una diferencia "importante, que puede invitar a deslocalizaciones de las altas rentas, que son las que lo tienen más fácil".
Otros temas, como si las deducciones deben ir en la base o en la cuota del impuesto, o si se varía el tratamiento fiscal a las entidades de previsión social voluntaria (EPSV) están todavía sin abordar. Se pretende que la reforma esté terminada antes de final de año y en vigor el uno de enero de 2007.
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