Un 'box' en llamas
Lorenzo, que ocupará hoy la 'pole', y Barberá, tercero, no son amigos, pero comparten equipo y son los favoritos en el cuarto de litro
Encendidos por sus ansias de lograr su primera victoria en la categoría intermedia, se mueven por el paddock del Mundial Jorge Lorenzo, mallorquín, de 18 años, y Héctor Barberá, valenciano, de 19. Ambos son compañeros de equipo y ambos aparcaron su Honda al final de la pasada temporada para auparse a una Aprilia en la categoría de 250cc donde, tras el abandono de Pedrosa, se han convertido en favoritos para el título.
Aunque no lo parezca cuando se le ve disfrutar de su inseparable chupa-chups, la agresividad de Giorgio, como así es conocido Lorenzo en el ámbito motociclístico, es ya por todos reconocida. Su descaro, cuando no chulería, no es tomado con buen humor en ciertos ámbitos. Pero el chico no se amilana. Este año ha encontrado en su equipo a otro que tampoco se calla, Barberá. No son amigos. Y no lo disimulan.
Fue Lorenzo quien centró la atención el pasado año al buscar la mínima ocasión para referirse a Dani Pedrosa, a la postre campeón. Llegó a gritar a los cuatro vientos que él era mejor piloto que el campeón. Barberá, subcampeón del mundo de 125cc con Aprilia en 2004, no se aclaró la temporada pasada con la Honda que le cayó entre las manos. Este año el cambio de marca parece haber dado aire a ambos.
Mucho antes de llegar a Jerez comenzaron las hostilidades entre los dos pilotos. Primero fue Lorenzo, quien declaró que no se llevaba bien con su compañero de equipo, y luego fue el piloto de la cantera valenciana quien respondió sin cortarse al ataque de su vecino.
Pocos días después, en la presentación oficial que el equipo llevó a cabo en Mallorca y que tuvo el apadrinamiento de Samuel Eto'o, delantero del Barcelona, se calmaron un poco los ánimos y, como de costumbre, se apuntó a un terrible malentendido las escaramuzas espetadas por ambos en los medios de comunicación.
Por si las relaciones entre ambos pilotos no fueran suficientemente calamitosas, Barberá logró el viernes el mejor tiempo del cuarto de litro, justo por delante de Lorenzo, que fue segundo. Ayer, en la sesión definitiva, la tortilla viró, y Lorenzo dominó toda la sesión y logró su primera pole position de la temporada mientras su compañero de equipo rodaba por el suelo a las primeras de cambio, víctima el valenciano de su afán de superar al prójimo. A pesar de ello, Barberá se recuperó a tiempo y finalmente partirá tercero.
"He salido a tope en los últimos minutos y con neumáticos nuevos para comenzar a marcar el territorio desde el primer momento", aseguró el mallorquín, encantado con el cambio de moto que la escudería dirigida por Dani Amatriain llevó a cabo en invierno. Tan vehemente subido a la moto como delante de un micrófono, el mallorquín reflexionó: "Aunque es bueno tener la pole, no hay que olvidar que lo importante llega mañana".
Los papeles entre los dos protagonistas cambiaron ayer en el box del equipo oficial Aprilia. Si era Lorenzo quien el viernes reconocía no haber "estado fino durante la sesión", ayer le tocó a Barberá entonar el 'mea culpa'. "Todas las miradas se centran en mi compañero de equipo y esto me quita a mí toda la presión", disparó el viernes el valenciano, con la pole provisional en el bolsillo. "Creo que podía haber rodado un poco más rápido, pero la caída me ha perjudicado. Estamos en ala primera carrera del año, y el campeonato no se ganará aquí2, reconoció ayer tras la clasificatoria.
Si el pasado año fue la polémica entre Lorenzo y Pedrosa la que puso la salsa en algún pasaje del campeonato del mundo de los 250 cc, aún más movido se presenta el de esta temporada. La rivalidad entre Lorenzo y Barberá puede ir a más a medida que el curso avance. La posibilidad de que alguno de estos dos enemigos íntimos deba acotar órdenes de equipo llegado el caso puede provocar la chispa que haga estallar un garaje que parece estar ya en llamas.
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