'Software' para dominar el agua

El Tribunal de las Aguas de Valencia vive un largo declive. La razón principal es que las huertas que quedan bajo su jurisdicción se han reducido drásticamente en las últimas décadas debido a la presión urbanística de Valencia y de otras poblaciones de L'Horta. Pero el ladrillo no es lo único que debería preocupar a los jueces agricultores. La informática puede dejarles sin trabajo primero.

El Instituto de Ingeniería del Agua (IIA) y el Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de Valencia ha desarrollado un software que, según los investigadores, calcula las necesidades hídricas y de abono de los cultivos a escala de parcela. Y que podría controlar por el mismo precio su distribución. El ahorro resultante de la aplicación del programa, prosiguen, sería del 20%. No es poca cosa si se tiene en cuenta que el regadío se lleva el 80% de toda el agua consumida en la Comunidad Valenciana y 70 de cada 100 litros en España, según datos del instituto.

Los investigadores calculan que el ahorro de consumo hídrico alcanzaría el 20%

El programa informático desarrollado se llama Huragis y está financiado por la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología (CICYT).

Pero su funcionamiento requiere, como paso previo, la extensión de las "redes de presión", nombre técnico que reciben las tuberías que conducen el agua en los sistemas de riego por goteo y riego por aspersión.

Hasta ahora, las comisiones de desembalse de las confederaciones hidrográficas deciden -en función de la demanda y de las reservas de agua- cuántos litros se destinan a cada comunidad de regantes. A partir de ese momento es muy complicado saber cómo se emplea. "Al distribuir el agua a través de tuberías", señala Fernando Martínez, uno de los líderes del equipo investigador, "el control del consumo es mucho mayor".

Martínez lo sabe porque en los tres años y pico que les ha costado elaborar el software se han dedicado a examinar con lupa cómo utilizan el agua los agricultores valencianos, tomando como referencia a varios grupos piloto. El resultado del estudio es que "algunos lo hacen muy bien, por puro saber tradicional, algunos riegan incluso deficitariamente y otros lo hacen mucho más de lo necesario".

Con el abono ocurre lo mismo. El exceso de fertilizantes está detrás de la acumulación de nitratos en las aguas subterráneas, un fenómeno creciente que implica un riesgo para el medio ambiente y para la salud humana. Dado que el sistema de riego por goteo se encarga de repartir el abono, el software se ha diseñado para calcular también la dosis necesaria.

Antes de dar su veredicto, el programa Huragis mide las condiciones climáticas -lluvia, temperatura, humedad del aire...-; y las cruza con las condiciones del suelo -como el grado de salinidad- y con el tipo de cultivo.

Las comunidades autónomas disponen ya de algo parecido con los servicios de asistencia al regante. El problema, afirma Martínez, es que sus recomendaciones son generales y el uso que los agricultores hacen de él, escaso. El programa, en cambio, funciona parcela por parcela, agricultor por agricultor. La fiabilidad de sus diagnósticos es aceptable hasta el plazo de un mes, aunque está pensado para dar instrucciones semanalmente.

La función inicial de Huragis será la de proporcionar información a los regantes. Pero Martínez asegura que en una segunda fase puede utilizarse para programar el riego en función de las necesidades. ¿Conclusión? Se acabaron los abusos, se acabaron los pleitos.