El Supremo avala que un edificio habitado vuelva a ser jardín y suelo comercial
Valdemoro permitió que una constructora levantase un bloque en un solar de equipamientos
Una sentencia del Tribunal Supremo ha dado la razón, después de 11 años de procedimientos, a dos familias de Valdemoro que habían denunciado que una promotora había levantado un bloque de 50 viviendas en un suelo destinado a equipamientos. Los jueces, que confirman que el Ayuntamiento modificó irregularmente la calificación del solar, anulan el cambio y ordenan "retrotraer el expediente" a su situación inicial (suelo dotacional). Una providencia del Tribunal Superior de Justicia, que fue recibida ayer por las partes, da 10 días a la Comunidad para que ejecute la sentencia del Supremo.
Dos familias compraron en 1994 sendos chalés en Valdemoro porque una promotora les prometió que enfrente iban a tener un supermercado y que iban a estar "rodeados de naturaleza" [un parque]. El pleno de Valdemoro, gobernado entonces por el PSOE, aprobó en un primer momento, dentro de su plan general, esa parcela como uso dotacional. Pero el gobierno municipal cambió de forma irregular, según los jueces, el uso de esa parcela. Pasó a ser así de dotacional a residencial. Los magistrados no especifican quién y por qué tomó esa decisión.
Las grúas levantaron así un enorme bloque de pisos que carecía de legalidad urbanística, ya que la modificación no pasó por información pública ni nadie pudo presentar alegaciones. Pero 11 años después, el Tribunal Supremo ha dado la razón a los denunciantes y ha anulado la modificación.
Los demandantes viven en sendos chalés unifamiliares situados en la calle de la Comunidad de Canarias, al oeste de Valdemoro. En 1994, la idea de las dos parejas, que por entonces tenían a su cargo a sus padres mayores, era que éstos pudiesen vivir con un jardín enfrente y con una pequeña zona comercial.
Ocupación de vía pública
En los primeros planos de esa aprobación inicial, la parcela tiene asignado un uso comercial y dos plantas de altura, es decir, para un supermercado. El Plan General pasó entonces a información pública y hubo 38 alegaciones. Ninguna hacía referencia a la citada parcela. Pero los planos donde el solar quedaba calificado como uso dotacional desaparecieron y en su lugar el gobierno municipal (la sentencia no especifica quién) introdujo unos planos donde la parcela pasaba a ser residencial y, además, cogía un tramo que antes era parte de la vía pública.
Esa modificación ilegal fue incorporada así al Plan General de Valdemoro, que fue aprobado de nuevo por el pleno el 1 de febrero de 1995 y que después fue remitido a la Comunidad de Madrid para su ratificación definitiva.
El jardín y el supermercado prometidos pasaban a ser un enorme edificio de cuatro plantas. Ante la sorpresa de los vecinos de los chalés de enfrente, la promotora levantó entonces en el solar un bloque de 50 viviendas pegado a las casas de las dos familias afectadas. "Alguien cambió los planos y modificó lo que ya había sido aprobado por el pleno municipal... ¡Y pensaban que no nos íbamos a dar cuenta!", explica Marisa Muñoz, una de las vecinas demandantes.
Ahora, el Tribunal Supremo ha dado la razón a los vecinos y sentencia que la modificación de la parcela por parte de la Comunidad de Madrid queda anulada y obliga "a retrotraer el expediente
[de la modificación de la parcela] en los términos solicitados por los recurrentes" para que se subsanen las deficiencias.
La abogada de los demandantes, Amalia Liñán, interpreta esta sentencia como que el terreno vuelve a ser de uso comercial y que si la sentencia fuese interpretada "literalmente", el edificio tendría que ser derribado. Desde la Consejería de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente interpretan, en cambio, que el Ayuntamiento de Valdemoro tiene una segunda oportunidad, y con que la modificación pasase a información pública, el problema quedaría subsanado.
Los demandantes han pedido la ejecución de la sentencia. Una providencia del Tribunal Superior de Justicia, ante el silencio administrativo del Ayuntamiento de Valdemoro, indica a la Comunidad de Madrid que tiene 10 días para informar "a esta sala del estado actual en el que se encuentra la ejecución de la sentencia". Los jueces añaden que ante esta resolución "cabe interponer recurso de súplica".
El Ayuntamiento de Valdemoro, ahora gobernado por el PP, no da respuesta: "El momento procesal está en ejecución de sentencia y los recursos o escritos que han presentado estos ciudadanos se resolverán en el momento oportuno".
"Una vivienda para gozar rodeada de naturaleza"
La vista que Loli Marcos tiene desde su ventana de su chalé en el municipio de Valdemoro no es la que le prometió en 1994 la promotora de viviendas. "Lugar privilegiado para poder disfrutar, descansar y gozar totalmente de una vivienda rodeada de naturaleza", reza el folleto publicitario de hace ya 12 años.
Animados por el anuncio, Loli Marcos y su marido, Enrique Valero, compraron en 1994 un chalé en la parte oeste de Valdemoro, en la urbanización Monterrey, al igual que sus vecinos, Marisa Muñoz y Carlos García. Cuando vieron que las grúas levantaban un enorme edificio residencial fueron a reclamar a la promotora, pero ésta ya había hecho desaparecer de los folletos la parte donde vendía eso de que la zona era un lugar "rodeado de naturaleza". "Nosotros fuimos los primeros en entrar en la urbanización y en elegir chalé. Creíamos que nos quedábamos con los que tenían mejor vista y al final han sido los peores", cuentan ahora los demandantes.
Los afectados tienen una teoría. "La promotora que iba a construir en el solar quería hacer un macrocentro comercial, pero no les fue aprobado por el impacto medioambiental. Así que consiguieron que les cambiasen el uso a residencial", alegan.
Los dos matrimonios tenían en ese momento a su cargo a sus padres, para los que querían un lugar tranquilo. "Durante las obras del edificio, el polvo nos entraba por todas partes. Mi padre, ya fallecido, tenía que estar con mascarilla", cuenta Marisa Muñoz.
El edificio, a cinco metros de sus viviendas, "ha estado a punto de romper algún matrimonio, por las peleas que hemos tenido", añaden los afectados.
"No tenemos intimidad, tenemos siempre las persianas bajadas. No podemos desnudarnos porque nos ven los vecinos. Cuando se me ocurre levantar la persiana veo a mi vecino en calzoncillos. Una vez mis sobrinos me dijeron: '¡Mira, mira, se está desnudando una tía!", cuenta Enrique Valero, un afectado. El edificio tampoco les deja apenas sitio para aparcar, la calle que separa el inmueble de los chalets se ha quedado muy estrecha. Ahora, los vecinos quieren que se haga justicia. "Si no se puede demoler el edificio, que nos den otra casa o que nos indemnicen", argumentan.
Las dos familias han pedido ahora la ejecución de la sentencia, pero saben qu
e es prácticamente imposible que el Tribunal Supremo ordene el derribo del inmueble, ya que en él viven 50 familias.
"Yo pagué por un jardín y un pequeño supermercado, y es lo que quiero. Pero no quiero que nadie salga perjudicado. Si no van a derribar el bloque, pues entonces que el Ayuntamiento de Valdemoro nos pague por todos los años que hemos sufrido", concluyen los vecinos.
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