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Columna
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Aleación

En su prolija y civilizada autobiografía, Goethe cuenta una historia de la que él mismo fue testigo en su infancia, y que, en resumen, es así: a mediados del siglo XVIII se estableció en la pacífica, culta e industriosa ciudad de Frankfurt un noble poderoso, rico y apasionado del arte, el cual, después de haberse hecho con una variada colección de pintura contemporánea y, gracias a su mecenazgo, de una corte de solícitos pintores locales, tuvo la idea de encargar el mejor cuadro posible, encomendando a cada pintor aquella parte de la pintura para cuya realización hubiera demostrado estar más dotado desde el punto de vista técnico: a uno el paisaje, a otro el cielo y las nubes, a otro las figura humanas, etcétera, etcétera. No hay que cavilar mucho para deducir cuál fue el resultado de la aleación. El que pintaba un prado quería quitar de allí las vacas y el cerdito que otro había pintado; al de las vacas y el cerdito le molestaban las casas y los árboles, y al que había pintado pastorcillos o ninfas le molestaba todo lo demás. Cada uno creía, probablemente con razón, que la contribución de los demás afeaba la suya y echaba a perder su concepción global del cuadro. Al final, los artistas acabaron peleados entre sí y el mecenas obtuvo, a cambio de un considerable desembolso, un lienzo de grandes dimensiones, tan aparatoso como feo, con el que no sabemos qué hizo y que, lamentablemente, no ha llegado hasta nosotros.

La anécdota no me parece ridícula, sino conmovedora, en la medida en que ejemplifica lo esencial del espíritu de la Ilustración que imperaba en Europa en aquel tiempo: comprobar empíricamente y sin escatimar recursos que el fuego quema y el agua moja. Una exploración trivial o no, según el resultado se tome como un punto de llegada o un punto de partida hacia nuevas aventuras.

Por lo demás, es evidente que del relato se puede extraer una moraleja edificante y tan obvia que no es preciso enunciarla. Luego esta enseñanza se puede extrapolar a nuestros días y aplicarla con provecho a temas de palpitante actualidad: a la situación en el Oriente Medio, al funcionamiento de la Unión Europea, al proyecto de Estatut de Catalunya, a la crisis del Real Madrid. En fin, a casi todo. ¿Y luego? Luego ya no sé.

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