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Tres nuevos hospitales públicos cederán su gestión a la iniciativa privada

La Generalitat no descarta que otros centros sigan la estela de Alzira

La irrupción en el escenario sanitario del hospital de la Ribera, el primer centro público de gestión privada de toda España, supuso toda una declaración de principios del Consell del entonces presidente Eduardo Zaplana. Con su entrada en funcionamiento el 1 de enero de 1999 se abrieron las puertas a un modelo que está destinado a marcar la gestión de la asistencia sanitaria del PP. Seis años más tarde, los futuros centros de Torrevieja, Dénia y Manises siguen el camino del hospital de Alzira y Sanidad no descarta que puedan ser más.

La apuesta en el hospital de La Ribera, que funciona en la ciudad de Alzira, consistió en ceder la atención de los 230.000 vecinos de la comarca a una unión de empresas -liderada por Adeslas y participada por la CAM y Bancaixa- encargada de construir el centro y posteriormente cobrar de la Generalitat una cuota anual por hacerse cargo de la atención sanitaria de estos habitantes. Por primera vez, se cedía así a la gestión privada una parcela reservada tradicionalmente a la Administración pública, como es la atención hospitalaria.

El modelo no acabó de funcionar y poco después, en 2003, se completó con la atención primaria -es decir, se cedía toda la asistencia sanitaria en una zona- para "combatir imperfecciones", según explicó el departamento autonómico de Sanidad. Para entonces ya se había anunciado que el modelo Alzira se extendería bajo esta fórmula de gestión integral, es decir, tanto en centros de salud como en hospitales propiamente dichos.

El primer seguidor fue el hospital de Torrevieja. En este caso, el camino tampoco ha sido fácil desde que se anunció su construcción en mayo de 2002. Primero, la empresa mejor colocada para participar en la gestión del centro -la aseguradora alemana DKV- se echó atrás por discrepancias con los representantes de las cajas que querían dejarle un peso accionarial limitado.

Finalmente, fue Asisa -que actualmente posee un 35% de las acciones- la que se alió con las cajas de ahorros y otros socios minoritarios (la Clínica de Benidorm, la constructora Necso y Enrique Ortiz e Hijos) para sacar adelante el proyecto. Luego, a finales del año 2003, llegó la renuncia de la constructora que debía levantar el centro después de que los socios adjudicatarios discutieran sobre qué empresa constructora debía encargarse de las obras.

Total, casi cuatro años después de la adjudicación y sobrepasado de largo el plazo de finalización de las obras que se estimaba en el verano de 2004, el hospital aún no ha entrado en funcionamiento, aunque está previsto que lo haga en los próximos meses.

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Dénia fue el tercer hospital elegido por el Consell para sumarse a la lista de concesiones administrativas. Y, esta vez sí, DKV tomó las riendas del proyecto con un 65% de participaciones en la empresa adjudicataria frente al 35% de las cajas de ahorros. La firma del contrato para la construcción y gestión del centro se celebró hace un año y se dio 25 meses para levantar el edificio. Sin embargo, problemas con la concesión del suelo provocaron que no fuera hasta el mes pasado cuando se diera el visto bueno al proyecto de expropiación de los terrenos y, por tanto, la vía libre para comenzar las obras, que ya arrastraban medio año de retraso sobre lo previsto.

El último centro en sumarse al modelo ha sido el que se construirá en Manises, en el cinturón metropolitano de Valencia. En este caso, aún no ha salido a licitación la construcción y gestión del hospital, prevista para antes de Navidad. Según Sanidad, saldrá en el plazo de un mes "cuando esté claro el solar en el que se levantará, para evitar que se reproduzcan situaciones como las de Dénia". Hasta el momento, ya se han interesado por el proyecto, además de las tres empresas anteriores -Adeslas, Asisa y DKV-, Capio, la división sanitaria de Acciona y Sanitas. El centro, de 240 camas, se construirá en un solar de 27.000 metros cuadrados en el barrio de El Carme de Mislata, junto a Quart de Poblet, y prestará atención a 135.700 vecinos.

Todos estos hospitales encajan en un molde similar. Dan cobertura a áreas con una población entre 150.000 y 230.000 habitantes y están en torno a las 250 camas. En este mismo tipo de hospital comarcal se inspiran, como ha dejado caer alguna vez la propia consejería, otros centros en proyecto, como los de Elche-Crevillent, Gandia o el que se levantará en Valencia donde se encuentra actualmente La Fe. Incluso hay voces del sector que apuntan a la posibilidad de que el hospital sociosanitario previsto en Benidorm sea otro de los candidatos.

La Fe, al margen

El contrapunto a la extensión del modelo de concesión administrativa es el hospital La Fe de Valencia, que se construye en el barrio de Malilla. El centro que tomará el relevo del hospital de referencia de la Comunidad Valenciana siempre se ha mantenido al margen de la gestión privada y desde el principio se anunció que su funcionamiento mantendría el modelo convencional. Es más, la intención que siempre han expresado los responsables sanitarios es que el nuevo hospital herede el sello de calidad del que se han hecho acreedores la mayoría de los servicios de La Fe, de forma que haya continuidad entre el antiguo y el nuevo centro cuando comience a funcionar allá por diciembre de 2009.

Tampoco se gestionarán de forma privada otros centros proyectados por Sanidad como el auxiliar de Vall d'Uixó o el de Llíria, cuya apertura se espera para la primavera de 2007.

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