El 85% de los vigilantes del SER siguió la huelga, según los sindicatos

Los sindicatos UGT y CC OO calculan que el 85% de los 1.600 controladores del servicio de estacionamiento regulado (SER) secundó la huelga a la que ayer estaban convocados, pero el Ayuntamiento redujo esta cifra hasta el 30%. Los sindicatos reconocen que el seguimiento fue muy alto únicamente en las zonas donde ya estaban en funcionamiento los parquímetros antes del pasado 1 de marzo. "Entendemos que nuestros compañeros de los barrios que se han incorporado recientemente al SER tienen contratos en prácticas y no se pueden arriesgar a perder su puesto de trabajo", interpretó Rosa Palomar, representante de UGT.

El de ayer fue el segundo paro -el anterior se produjo el pasado día 10, desde las diez de la mañana a la una de la tarde- que realizan los trabajadores del SER. En esta ocasión ocupó toda la jornada laboral: de nueve de la mañana a ocho de la tarde. Demandan más seguridad ante las agresiones que sufren a manos de conductores enfurecidos por las sanciones. Aunque, según contaba una trabajadora, a algunos agresores ni siquiera les hace falta ser multados: "Un hombre me destrozó el dedo en febrero del año pasado; ni siquiera le había denunciado, sino que sólo miré su coche", contó.

Manifestación

Alrededor de 200 trabajadores se congregaron a las doce de la mañana en la plaza de la Villa para reclamar al Ayuntamiento "mayor implicación" en el conflicto. Venían de las sedes de Eyssa y Dornier, dos de las empresas que gestionan las zonas donde primero se instauraron los parquímetros en 2002. Una hora más tarde, cuando concluyó la protesta ante la Casa de la Villa, enfilaron sus pitidos y banderas hacia la calle de Zurbano, sede social de la tercera adjudicataria, Setex.

Ante el Ayuntamiento se oyeron cánticos como "Baja Gallardón y multa tú", e incluso un espontáneo se atrevió con un rap en el que animaba a Pedro Calvo, concejal de Seguridad, a levantarse a las siete de la mañana y "currelar" con ellos. La sindicalista Palomar dijo que el día anterior se habían reunido con las empresas y que éstas no habían accedido a ninguna de sus tres reclamaciones básicas: dotar a los controladores de transmisores para contactar más rápidamente con sus compañeros en caso de agresión; que las empresas se personen como acusación particular en los juicios por lesiones; y que puedan hacer en parejas las rutas más conflictivas. "Que se enteren de que nuestras reivindicaciones no son de dinero, sino de seguridad; y con eso no se juega", sentenció.